miércoles, 19 de abril de 2017

Me aferro al silencio para escuchar tu voz, al frío de la distancia para habitar en el calor de tu recuerdo, a la ausencia de tus manos para encontrar la compañía de tus caricias. No estás pero te siento en la memoria de mi piel, en el perfume de las habitaciones vacías que conservan la fragancia de tu risa, en la melancolía que hace el amor a diario con tus besos inventados.

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