Existo, por ti,
por tus labios encarnados
rozando ilusiones cálidas,
por el rubor de tus mejillas
tintando amores frágiles,
por tu sonrisa traviesa
que me quiebra el corazón.
Vivo, en ti,
en la dulzura de tu voz
pintando palabras dulces,
en las miradas que callan
ofrendas firmadas en blanco,
en las manos sencillas paseando
el himno mudo de tus lágrimas.
Vago, por ti,
por los senderos de tus ojos
que abren caminos eternos,
por el paraíso de tu risa
que viste tus labios de candor,
por las veredas de promesas
donde habita, ralo, tu pudor.
Sueño, y sueño en ti,
en tu piel perfumada y tibia
páramo de besos húmedos,
en el sabor de tus miradas,
universos negros e infinitos,
en la desnudez de tu felicidad
atada a un racimo de sonrisas
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