jueves, 17 de mayo de 2018

No estás, te busco en los rincones de mi terca soledad. No estás, te escucho en los silencios que me abrazan sin más, que declaman versos invisibles a la tristeza que nunca se va. No estás, te siento y mis labios casi te pueden besar, y dejo que mis manos se inventen todas las caricias que no te puedo dar. No estás, pero me dejaste tu sonrisa para que nunca deje de soñar.

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