jueves, 11 de julio de 2019

DESIERTO


Mares incólumes de quietud
mecidos por susurros aéreos,
letanías con labios arenosos
esculpiendo soledad perenne.
Reino de sed y silencio, íntimo,
efluvios de ecos milenarios
modelando fantasías ocres
en un cuerpo enjuto y ajado.

Parajes paridos con vaginas de luz
cincelados a golpes de lluvia y sol,
amante hecho de aridez y calor
acariciado por la belleza serena
de mudos brazos hechos de arena.
Composición de misterio solar
escrita en las sábulas del tiempo,
mastodóntico avatar de fuego
lamiendo heridas en su piel de tierra;
paraíso hecho con seda de estrellas
ungido por lágrimas nacidas de un dios.

Gigante de matojos raídos
por cuyas ramblas yo camino,
tumba de sueños sin nombre
tallados en el sílice del destino.
Coloso de resplandor y agonía
Vistiendo una vejez sublime,
Parsimoniosa, cálida, eterna.

Mi alma está atrapada, por siempre,
en la belleza de sus besos de arena
al cálido abrazo de sus tiernos rincones
que corren, señoriales, por mis venas.