Escribí en el viento nombres inventados de amores intangibles, susurré al destino versos escritos con el ámbar de tus ojos, me quedé, para siempre, a vivir en la dulzura que desprende tu sonrisa, y hay veces que un suspiro escapa del silencio y se convierte en una hermosa sinfonía, momentos que viven atados a un halo de poesía, delirios esculpidos con la belleza de tu cuerpo desnudo. Quisiera beber del rocío de tu mirada, que tus ojos dibujasen espejismos en el oasis que despierta la mañana, que el perfume de tu cuerpo forme parte de mi alma.
Hay amores que navegan por los insondables mares de la imaginación, corazones que se mueren de frío porque no hay unos labios que le ofrezcan su abrigo, mujeres tan hermosas que dan envidia a la propia belleza. Cierro los ojos y el mundo se colma con el tibio perfume que desprende tu cuerpo, con un hálito de besos robados que componen un glosario de días preciosos, con el imperceptible roce de tu mano cuando se acerca a la mía. Abro los ojos, despacio, con el miedo que me deja tu inocencia robada, pero es tu sonrisa la que acaricia mi vida, y mientras mis labios juegan a besos con la dulzura de los tuyos la fantasía baila desnuda con la realidad.
ALLÁ DONDE ESTÉS MIS SUEÑOS ESTÁN CONTIGO
PORQUE EL TIEMPO Y LA DISTANCIA NO EXISTEN
CUANDO DOS CORAZONES ESTÁN HECHOS PARA SOÑAR JUNTOS.
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