Cuanto te he echado de menos, el bote del balón sostenido por la amplitud de tu sonrisa, la cancha vacía y el corazón rebosante de magia, el juego de pies dibujando esbozos invisibles de jugadas imparables. Cuanto te he echado de menos y ahora que has vuelto con el 10 en la espalda y esa camiseta de los lakers he dejado que mis sueños jueguen un 1x1 contra tu recuerdo. Me he puesto aquella vieja zamarra un tanto desdibujada que tanto te gustaba, he rebuscado en los armarios mis viejas zapatillas que tú querías que yo te regalará y he vuelto a esa pista ,que era nuestra pista, a desafiar a tu recuerdo jugando hasta la madrugada con mi soledad. Un tiro de tres puntos, una entrada a aro pasado, una finta y una salida cruzada mientras el silencio se acurruca entre los huecos que dejan nuestras risas. Poco importa el resultado tan solo tienen valor los momentos compartidos con un deporte que tanto amamos, el sudor que baña nuestros rostros, la defensa que se postra de rodillas ante la belleza que mana de tu juego. Yo di vida a cada uno de tus movimientos, yo diseñé con trazos difuminados el esquema de tu juego, pero ha sido tu constancia, tu fuerza, tus cualidades innatas y tu voluntad inquebrantable las que han hecho de ti una excelsa jugadora. Cuanto te he echado de menos pero ahora el tiempo ya no importa cuando escucho el sonido de la red en un lanzamiento impecable y al mirarte es tu sonrisa la que hace de este deporte el más hermoso del mundo.
El tiempo pasa con cada bote, con cada tiro, se consume devorado por la magia de tu juego y cuando todo acaba solo queda el maravilloso perfume que han dejado tus jugadas. Te miro y siento ese mismo orgullo que siente un maestro cuando ve la perfección de su obra terminada, cuando veo como vences a tus rivales en el campo de batalla, cuando comprendo que tus sueños viven atados a ese precioso deporte que ambos amamos con pasión desbordada. Te paso el balón, y te explico, y te exijo, y te grito, y te corrijo mil veces un movimiento hasta que la perfección se torna algo cotidiano, hasta que cada gesto técnico es una delicada sinfonía que brota de cada fibra de tu cuerpo y es entonces cuando comprendo que eres puro baloncesto.
Cuanto te he echado de menos, contigo se fue una parte de mi juego, contigo aprendí que una derrota duele menos cuando lo has dado todo en un partido, que las lágrimas de alegría tienen un agradable sabor a victoria. Cuanto te he echado de menos, la misma cancha, las mismas canastas, parece que el tiempo se detuvo un día y hoy se pone en marcha de nuevo, y puedo sentir la pasión que brota de lo más hondo de tu pecho, y cuando te paso el balón y despliegas tu sonrisa sé porque amo tanto el baloncesto.
HAY VECES QUE UNA SONRISA SE TE QUEDA EN LA MEMORIA,
JUGADORAS QUE PERDURAN TODA LA VIDA EN EL CORAZÓN
IMÁGENES DE JUGADAS MAGISTRALES Y MOMENTOS IMBORRABLES
QUE DAN FORMA A LA BELLEZA DE ESTE DEPORTE.