jueves, 18 de junio de 2020

OTROS TIEMPOS

Una vez me enamoré de la belleza suprema que surge de los movimientos en un campo de juego, de la sonrisa que deja una jugada perfecta, de la felicidad que otorga una canasta en el último segundo. Una vez fui poeta por encargo y me enamoré de las palabras que crean pasiones efímeras, de aquellas palabras que describen sentimientos rotos, de aquellas palabras que dan forma a las cosas sencillas. He vivido amores exiguos que solo me han dejado un aluvión de recuerdos preciosos, he soñado en lugares en los que nunca nadie ha estado y he acariciado mujeres que solo pueden vivir en la imaginación. He visto crecer la felicidad allá donde sola había tristeza y he conocido a personas que me han hecho llorar con una simple mirada. He dejado que mi corazón se hiciese amigo de amores que vagaban por las calles sin dueño y he llevado a casa a muchos sueños rotos que necesitaban ser reparados. Una vez luché contra grandes dragones y salve a muchas princesas que solo vivían del cuento. Algunas veces puse mi cariño al servicio de quien nunca necesito ser querido y combatí en grandes batallas donde solo conseguí ser herido. He visto amaneceres tan bellos que se repiten en mi memoria cada mañana y mujeres tan hermosas que es imposible que mis sentidos puedan olvidarlas. Una vez perdí dos corazones que ya nunca pude recuperar, me sentí solo sin saber lo que era la soledad, me resguarde de la felicidad por miedo a encontrar la tristeza. He perdido amigos que se llevaron consigo un pedazo de mi alma y almas que me han enseñado que la belleza es algo habitual, que los que una vez se fueron, nunca se han ido, viven para siempre en la eternidad. He aprendido que la memoria es tozuda y se niega a olvidar, que una imagen se queda en la retina y es imposible de borrar, que una vez has amado a alguien es para siempre.


HE VIVIDO CUENTOS DE HADAS
Y ME HE ENAMORADO DE PRECIOSAS PRINCESAS,
HE ACARICIADO AMORES ETERNOS
QUE DURARON LO QUE DURA UN  TÍMIDO BESO.

jueves, 4 de junio de 2020

DIANA MIHAELA O LA SONRISA DEL BALONCESTO

Cuanto te he echado de menos, el bote del balón sostenido por la amplitud de tu sonrisa, la cancha vacía y el corazón rebosante de magia, el juego de pies dibujando esbozos invisibles de jugadas imparables. Cuanto te he echado de menos y ahora que has vuelto con el 10 en la espalda y esa camiseta de los lakers he dejado que mis sueños jueguen un 1x1 contra tu recuerdo. Me he puesto aquella vieja zamarra un tanto desdibujada que tanto te gustaba, he rebuscado en los armarios mis viejas zapatillas que tú querías que yo te regalará y he vuelto a esa pista ,que era nuestra pista, a desafiar a tu recuerdo jugando hasta la madrugada con mi soledad. Un tiro de tres puntos, una entrada a aro pasado, una finta y una salida cruzada mientras el silencio se acurruca entre los huecos que dejan nuestras risas. Poco importa el resultado tan solo tienen valor los momentos compartidos con un deporte que tanto amamos, el sudor que baña nuestros rostros, la defensa que se postra de rodillas ante la belleza que mana de tu juego. Yo di vida a cada uno de tus movimientos, yo diseñé con trazos difuminados el esquema de tu juego, pero ha sido tu constancia, tu fuerza, tus cualidades innatas y tu voluntad inquebrantable las que han hecho de ti una excelsa jugadora. Cuanto te he echado de menos pero ahora el tiempo ya no importa cuando escucho el sonido de la red en un lanzamiento impecable y al mirarte es tu sonrisa la que hace de este deporte el más hermoso del mundo.
El tiempo pasa con cada bote, con cada tiro, se consume devorado por la magia de tu juego y cuando todo acaba solo queda el maravilloso perfume que han dejado tus jugadas. Te miro y siento ese mismo orgullo que siente un maestro cuando ve la perfección de su obra terminada, cuando veo como vences a tus rivales en el campo de batalla, cuando comprendo que tus sueños viven atados a ese precioso deporte que ambos amamos con pasión desbordada. Te paso el balón, y te explico, y te exijo, y te grito, y te corrijo mil veces un movimiento hasta que la perfección se torna algo cotidiano, hasta que cada gesto técnico es una delicada sinfonía que brota de cada fibra de tu cuerpo y es entonces cuando comprendo que eres puro baloncesto.
Cuanto te he echado de menos, contigo se fue una parte de mi juego, contigo aprendí que una derrota duele menos cuando lo has dado todo en un partido, que las lágrimas de alegría tienen un agradable sabor a victoria. Cuanto te he echado de menos, la misma cancha, las mismas canastas, parece que el tiempo se detuvo un día y hoy se pone en marcha de nuevo, y puedo sentir la pasión que brota de lo más hondo de tu pecho, y cuando te paso el balón y despliegas tu sonrisa sé porque amo tanto el baloncesto.


HAY VECES QUE UNA SONRISA SE TE QUEDA EN LA MEMORIA,
JUGADORAS QUE PERDURAN TODA LA VIDA EN EL CORAZÓN
IMÁGENES DE JUGADAS MAGISTRALES Y MOMENTOS IMBORRABLES
QUE DAN FORMA A LA BELLEZA DE ESTE DEPORTE.