viernes, 25 de febrero de 2022

AUTÓCRATA (A ese ser despreciable y carente de escrúpulos llamado Vladimir Putin)

La espada cayó sobre su cuello sesgando todo atisbo de vida, un único golpe certero decapitando el reinado de un tirano, un manantial de sangre fluyendo como un torrente incontrolable de libertad. La cabeza rodó como una infame bola deforme y se paró a escasos metros del trono con sus ojos carentes de vida mirando a la muerte. No hubo vítores, ni arengas que desafiaran al silencio, solo un murmullo inacabado de gargantas maltrechas mascullando plegarias arrancadas del miedo. El cuerpo se derrumbó como una vieja muralla abatida por las armas del tiempo, como un coloso derrotado que se postra ante el paladín que lo ha ejecutado. El caballero se volvió hacia la muchedumbre expectante, un mar de almas acalladas por la arrogancia y el terror, un pueblo sometido a la esclavitud de las palabras y el silencio se tiño con los murmullos paridos de mil gargantas. La estoica figura del paladín permanecía inmóvil, un titán de ojos oscuros y cabello bruno de cuya espada aún goteaba un pequeño reguero de sangre blasfema formando un pérfido charco rojizo en la piedra vetusta. Avanzó unos pasos y la muchedumbre retrocedió con la angustia en el rostro, con la incertidumbre que provoca el derrocamiento de un tirano, con la oscuridad que aún atenazaba sus almas. El caballero se encontró con la mirada quebrada de quienes han vivido tantos años bajo el yugo del miedo y ahora no saben que les traerá la libertad que acaba de nacer. Sus pasos resonaban en la sala como un himno mustio de ilusiones quebradas y promesas venideras, como una ligera brisa de esperanza contenida en el filo de una espada, como los sueños que se desperezan después de largos años de letargo por miedo a ser devorados por las fauces de la tiranía. Cuando un tirano cae el mundo es un lugar menos oscuro, los días son más diáfanos y el futuro es un delicado velo que casi se puede tocar con la punta de los dedos, porque tarde o temprano el destino siempre alcanza a aquellos que se alimentan del terror que provocan  sus almas podridas y devora las esperanzas del pueblo. Quien se alimenta de miedo tarde o temprano será devorado por ese mismo miedo.

A todos aquellos monstruos que pasean su absoluta falta de escrúpulos por las calles del miedo. Que el mundo os devuelva todo el terror que habéis infligido a lo largo de vuestras detestables e inútiles vidas.


POR TODAS LAS ALMAS ROTAS POR EL MIEDO
QUE JAMÁS PODRÁN SER REPARADAS