Hay momentos donde el tiempo se detiene, donde una lágrima rueda por una mejilla huérfana de cariño, donde el dolor parece que te va a taladrar el alma. Hay momentos donde una mirada perdida es un poema escrito en el aire, donde la vida se vuelve insoportable, donde no hay palabras para explicar cuanto te necesito pero no puedo estar a tu lado. Hay días donde la lluvia no deja de caer y lo empapa todo como esa tenue melancolía que trae el recuerdo de aquellas personas que ya no están pero que darías tu mundo entero por abrazarlas una sola vez más. Hay días en los que no quieres llorar pero las lágrimas corren desbocadas por las grietas de la necesidad, lágrimas amargas como la verdad, lágrimas derramadas en nombre de la inocencia perdida. Hay un instante donde daría todo lo que tengo por volver a pasear cogido de tu mano, donde me perdería en tus besos y no regresaría nunca a la realidad, donde cierro los ojos para regresar al país de nunca jamás. Hay momentos donde tu recuerdo me abriga en las terribles noches frías, donde un suspiro vuela de mis labios y se posa en tu recuerdo, donde en la soledad del silencio solo resuenan tus palabras como un trueno. Hay momentos donde me recuesto en los pecados del pasado, en la habitaciones destartaladas donde la felicidad se reía a carcajadas, en los pensamientos de baldosas amarillas que me llevan hasta ti. Hay días donde las horas se atascan y el tiempo se detiene en las pupilas de una mujer sin nombre que me trae el recuerdo de tus ojos, en las curvas desgastadas del deseo donde perdimos los besos sin prisa, las caricias sin tiempo, las miradas que desprendían fuego. Hay un instante donde cierro los ojos y percibo el perfume de tu cuerpo, ese olor dulce y pasajero que dejan los besos inventados, ese aroma que desprende el amor cuando roza los sentidos. Hay momentos, no me preguntes cuando, en los que siento cada palabra, cada caricia, cada lamento, momentos en los que cambiaría todo lo que tengo por recuperar todos tus besos, por abrir la puerta y tropezarme con tu tímida sonrisa, por dejar que el tiempo pase muy despacio recostado en tu regazo. Hay días en los que paseo por las calles perdidas y te veo en cada mujer que pasa, en cada escaparate donde te parabas a mirar cosas anodinas, en las avenidas por las que paseabas despreocupada tu sonrisa. Hay momentos en los que me abraza la tristeza y no te encuentro, donde busco tu nombre en el anuario de los sueños rotos y no apareces, donde te busco con palabras pero solo encuentro los silencios. Te echo de menos aunque tú ya no me recuerdes, aunque el tiempo se haya convertido en un espacio infinito que sea imposible recorrer, aunque ya no te queden besos para compartir entre los dos.
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