viernes, 25 de julio de 2025

ATLAS DE LO INTANGIBLE

      Se acurrucó en las entrañas de la necesidad, cerró los ojos y dejó que el tiempo curase todas las heridas, que la distancia fuese imposible de flanquear, que las lágrimas se acabasen tocadas por el olvido. Esperó que el mundo no fuese un lugar sórdido y ajeno, que las terribles tormentas de reproches pasasen de largo y llegase la ansiada calma. La vida era un atlas de intangibles, un compendio de notas discordantes incapaces de crear una melodía, de componer una partitura con tintes de locura, de escribir sonetos con las horas gastadas del día. La soledad no es soledad cuando te hace compañía, la tristeza se despereza como una niña dormida que acaba de despertar y en sus profundos ojos negros se puede ver como brilla la alegría de un nuevo amanecer, y aunque sabes que nunca tendrás todo aquello que quieres también sabes que tienes todo lo que necesitas. No esperas nada de nadie y nadie puede decepcionarte, escribes versos en el aire para que se esparzan por la vida, para que den sentido a los corazones donde puedan llegar a posarse, versos sin nombre para mujeres sin rostro, besos sin labios para labios perdidos, corazones rotos que nunca volverán a latir. La felicidad se encuentra en la mirada inocente de un niño que te regala su sonrisa, en los ojos inmensos de una mujer que pasa de largo pero nunca termina de marcharse, en el roce de una mano que apenas te toca pero deja para siempre su impronta en tu piel. La felicidad te encuentra al girar una esquina y pedir perdón mientras el tiempo se detiene y el alma se ruboriza, al saborear un trocito de la vida y dejar que todos tus sentidos se centren en ese momento, al perder lo que nunca tuviste pero tú creíste que siempre fue tuyo. La vida es tuya, tienes que vivirla y no vivir nunca la vida de los demás, dejar que la tristeza se muera de envidia, que las decepciones se caigan a trazos, que los amores que no son tuyos no se apropien de tu corazón. Amar lo justo y necesario, dejar tu sonrisa para quien quiera usarla, escribir con los ojos todos los "te quiero" del mundo, no dar nunca por perdida la felicidad ni dejar que nadie te robe todo aquello que eres. Habita los sueños y sueña sin miedos, deja que la pasión se consuma despacio, que los besos se diviertan en los labios que carecen de nombre, que las caricias sin rostro se queden un ratito a jugar a dados con tu destino. Sé feliz allá donde la tristeza te lleve y en ese atlas de intangibles que es el mundo disfruta de cada momento porque no se repiten, de cada persona porque mañana puede no estar, y de cada sonrisa porque a veces se van y ya no regresan jamás.


SÉ FELIZ ALLÁ DONDE ESTÉS
DISFRUTA DEL MOMENTO, DE LA COMPAÑÍA
PORQUE MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO 
LA TRISTEZA TE ALCANZARÁ, 
LOS MOMENTOS SE DISIPARAN
Y LA COMPAÑÍA SE PERDERÁ PARA SIEMPRE.


sábado, 5 de julio de 2025

MANIFIESTO AL DESENCANTO

     Escribo y callo para no perturbar el pasado, para que mis silencios griten lo mucho que te amo, para que las palabras se hagan mohines desconsolados en el vacío de tu regazo. Adoro los silencios que se escriben con las manos, las miradas de las que manan versos desencantados, los labios que inventan besos desesperados que se mueren por descansar en tu boca. Escribo aunque no comprendas mis palabras, aunque mis versos se pierdan en los angostos caminos de la indiferencia, aunque suenen a vacío y prosa inconexa cuando rozan las fronteras de tu árido pensamiento, aunque no te importe nada de todo aquello que te escribo. Escribo para no sentirte tan lejana, para que los días se unten de una suave melancolía que de sentido a todos los momentos, para salvar los últimos pedacitos de mi alma. Escribo para mis entrañas, para dejar que mis pensamientos se esparzan por la nada, para escapar de esa oscura soledad que casi siempre me regalas.
     Ya apenas me queda algún verso, alguna que otra tímida palabra, un escuálido suspiro escrito en papel que te regale la mirada. No escribo para quien nunca supo de poesía, para quien no es capaz de pintar los días con sonrisas, para quien una metáfora es una incógnita que carece de sentido. Lástima que mis versos se mueran abatidos por la espada que blande la ignorancia, que no conozcas al poeta ni te mueras de ganas porque te abrace su poesía, que prefieras vivir en la realidad a pasear a diario por la preciosa fantasía, que no creas en dragones, ni en princesas, y para ti jamás existan los finales felices.
     Me gusta que mis miradas se llenen de palabras, de verbos, de adjetivos calificativos aunque tú no entiendas nada de todo esto que te digo, aunque seas capaz de distinguir las letras pero te pierdas en la belleza de las palabras que te acarician cuando simplemente te miro. Escribo para que el aire esparza  todos mis vocablos como una tormenta de caricias que se escapan del diccionario, para que las abrace quien entienda de poesía, para que los corazones perdidos encuentren de nuevo su camino, para que una mujer, en la soledad de su destino, sepa que el amor vive en lo más íntimo de sus sentidos. 
     No escribo para ti aunque tú pienses que eres la musa de mis versos, aunque mis palabras resuenen como truenos en tu vasto pensamiento, aunque no dudes ni un momento de lo mucho que te quiero. No escribo para ti, no eres la princesa de este cuento, ni tan siquiera busco un final feliz, tan solo quiero escribir todo lo que siento para que algún día, en una cálida tarde de verano, una dama se enamore de mis versos vagabundos y traiga de nuevo mi corazón a este mundo.


ESCRIBO PARA DAR SONIDO A LOS SILENCIOS
PARA DESPERTAR UNA SONRISA 
EN EL PÁRAMO DE UNOS LABIOS ABANDONADOS,
PARA QUE LA PASIÓN NO SE DUERMA
Y LOS CORAZONES NUNCA DEJEN DE LATIR,
PARA QUE CADA VEZ QUE LEAS MIS VERSOS
SEPAS QUE NUNCA DEJÉ DE PENSAR EN TI.