Ahora viajo solo por la estela insondable de la ausencia en esa oscura nave que tiene por nombre melancolía. Surcando los mares vacíos de besos extintos que dejaron su luz en el cosmos infinito de mi corazón. Extraña es la galaxia privada de tu mirada, dos astros que irradian belleza allá donde posan su exquisita fragancia, huellas diminutas de un gigante dormido que espera el retorno de la belleza suprema para bañar su cuerpo en los mares incólumes de caricias infinitas. El tiempo se acurruca entre las estrellas inmortales que perdieron su brillo en las nebulosas de tu sonrisa, y a veces el cometa de tu recuerdo pasa tan cerca de mis sueños que casi puedo acariciarte con el perfil de mis labios. La oscuridad es un camino que recorro sin conocer cual será mi destino, es tan grande tu carencia y tan pequeña mi esperanza que basta un latido para que el mundo se pare. Mis manos quedaron huérfanas de tu cuerpo, agrietadas por la nostalgia que ha dejado el perfume a cariño en las arrugas de mi alma abandonada. Dibujo corazones sin nombre con el halo que dejaron tus besos en la escarcha de mi piel y cuando el silencio me habla es un soliloquio de amores eternos que esperan tu regreso al paraíso de un regazo perdido.
El corazón se detiene a contemplar como tus ojos lo miran, como tus labios se deshacen en la ternura de un deseo que habita en cada suspiro, como tu amor es una galaxia lejana que solo ansía ser encontrada, y aunque el universo es inmenso mi amor te buscará hasta el fin de los tiempos.
NO HAY LUGAR EN EL ESPACIO DONDE NO PUEDA ENCONTRARTE
PORQUE TU CORAZÓN ES UN ASTRO QUE ATRAE A MI CUERPO
PORQUE EL UNIVERSO ES PEQUEÑO PARA CONTENER TANTO AMOR
PORQUE EL DESEO ES UN AGUJERO NEGRO QUE CONTIENE A LOS DOS.
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