miércoles, 24 de enero de 2018

A MI TORMENTA DE BESOS (A IRINA)

Sueño el paraíso de tus labios, el jardín de las delicias de tu cuerpo desnudo, la fuente de la vida de donde mana el elixir de la felicidad. Amo las tormentas que desatas cuando el mundo desafía tu criterio, la delgada linea que separa un beso de una mirada de reproche, la dulzura que engalana cada uno de tus gestos. Te miro cuando duermes y dejo que las sonrisas bailen en mi rostro, que el amor se recueste a tu lado y te diga entre susurros lo mucho que te amo, que mi mano pasee por los cálidos parajes de tu espalda. El tiempo se dilata cuando espero tus abrazos y la espera se hace eterna cuando las ausencias acarician el corazón. Te busco entre los sueños, perdida como una gaviota en la inmensidad del océano, como un niño despojado del cariño de su madre, como un amante que ha perdido el amor en el camino. Te encuentro recostada entre todos mis besos, arropada por una miriada de caricias que dan forma al deseo, desnuda como solo se puede desnudar un sueño.
Eres la brisa que se enreda en mis sentidos y el viento huracanado que arranca de cuajo la melancolía que mora en mi alma, momento delicioso que endulza el paladar de la espera y guerrero pavoroso que blande su furia con tesón. Eres la esposa de un poeta y la poesía del amor, el verso desatado y la prosa contenida, el verbo iracundo y la calma hecha palabra. Eres la princesa que vive en los cuentos y la cenicienta que se acurruca en la memoria, la espada hecha mujer y la mujer hecha deseo, el lobo feroz que devora la dulzura y la caperucita roja que coquetea con la pasión. Eres mi tormenta de besos y la belleza calmada en la que habita el corazón.


ERES EL AMOR QUE HABITA EN TODO CUANTO EXISTE

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