La peor soledad es la que sientes cuando tienes compañía, la que miras a los ojos y comprendes que tu alma está vacía. Siento como el tiempo se desliza entre las hebras de lo cotidiano, como los días se mueren despacio pero la vida pasa deprisa, que no necesito a nadie, pero hay momentos en los que me gustaría sentir el calor que se desprende de una mano amiga. Sonidos apagados de cariños que habitan el pasado, recuerdos que se hallan grabados en la coraza de la soledad y que se baten a duelo con la tristeza en desafíos sin tregua. Palabras esculpidas con las manos en lienzos donde solo habita la más humilde de las melancolías, sonrisas que corretean desnudas por los parajes desolados de unos ojos que se fugaron con un sinfín de miradas lascivas, caricias escritas con pluma y papel en el anverso del crudo olvido. Hay lugares a los que nunca podré regresar, amigos a los que nunca podré volver a abrazar y amores que solo se quedaron a vivir conmigo lo que dura un suspiro en el perfil de unos labios húmedos. El placer de diario que se fue una mañana y me dejó atado a los sueños que pasean por mi ventana, el perfume de la alegría que se quedó impregnada en mi tristeza y exhibe su exquisita dulzura con un halo apenas perceptible en el aciago devenir de días grises. La peor soledad es la que se incrusta entre los pliegues de la memoria y crea heridas que nunca se curan porque no hay cura posible cuando todos aquellos a quienes amas se han ido, cuando busca el calor de una mirada y solo encuentras un horrible vacío, cuando un beso perdido es el único refugio donde habita el cariño. Las calles vacías, los corazones helados, un rostro manchado por la nostalgia del pasado, una mirada perdida, unos labios prohibidos, un rostro desdibujado por la pena, el pasado que nuca se olvida, los seres queridos que se quedaron por el camino, las lágrimas que escriben homenajes sentidos, todo ello compone un retrato de una soledad que se escribe en el diario de mi alma, un poemario de versos vacíos y palabras lánguidas que vagan perdidas por los eriales de la memoria.
MI SOLEDAD ESTÁ ESCRITA EN LA VIDA DE MIS SERES QUERIDOS
EN LOS CORAZONES QUE HAN DADO SENTIDO A MI MUNDO,
PERO QUE HOY HACEN DE SU AUSENCIA UN CALVARIO
POR DONDE MIS RECUERDOS PASEAN A DIARIO.
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