Hay historias nunca escritas, mujeres atadas a la soledad, deseos que se marchitan porque nadie los quiere tocar, besos que vienen y van porque no encuentran unos labios donde se puedan posar. Hay primaveras que nunca llegan e inviernos que nunca se van, hay sonrisas rotas que nadie puede reparar y hay amores imposibles a los que nunca te debes atar. Hay promesas, miradas, caricias, instantes en los que siempre queremos vivir pero ya no hay caminos que nos permitan volver. Hay tristeza que da felicidad y felicidad que nos hace llorar, hay ausencias impuestas que se llenan de lágrimas y hay lágrimas que pensabas nunca podrías derramar. Hay lugares en las que siempre has querido vivir y vidas en las que nunca has querido estar. Hay días que pasan deprisa como un beso fugaz y días que nunca parecen terminar como el llanto desconsolado que nadie puede acallar. Hay sueños que te mueres por tocar y pesadillas de las que no puedes escapar, hay sonrisas en las que quieres vivir pero cuando las rozas solo dejan heridas de muerte en la felicidad, hay palabras que nunca se deben pronunciar porque nada duele más que la verdad. Hay guerras que nunca debes librar porque cuando terminan no te queda nada donde volver a empezar. Hay mañanas en las que solo tienes ganas de llorar y recuerdos de los que es imposible escapar, heridas que nunca se curan y cicatrices que nos recuerdan por quien merece la pena luchar. Hay miradas que te rozan y pueden curar y besos que nunca se deben dar para no morir de soledad. Hay promesas que se rompen cuando quieres soñar y sueños que nunca se harán realidad. Hay un instante donde cierras los ojos y dejas que tu sonrisa fluya sin más y no importa el mañana ni la tristeza que pueda llegar. Hay princesas, caballeros, dragones y cuentos sin finales felices y hay amores que aunque ya no están solo tienes que escuchar los latidos de tu corazón para saber que siempre los recordarás. Hay rincones repletos de recuerdos que se llenan de polvo, que no quieres tocar para que no se rompa la magia que fluye de la melancolía. Hay historias tan bellas que nunca deberían terminar y hay mujeres tan hermosas a las que siempre amarás aunque se hayan hecho crisálidas en la eternidad, aunque vaguen, para siempre, por los páramos de tu soledad. Hay historias que merecen ser contadas tan solo para recordar que hay amores que desafían al paso del tiempo, que hay momentos que nunca se pueden olvidar, que algunas mujeres nunca se van de tu corazón aunque llores por ellas cada día, aunque la tristeza de su ausencia te corte como un afilado cuchillo, aunque nunca más vuelvas a sentir el perfume de su sonrisa bailando en tu iris, aunque cierres los ojos nunca podrás dejar de verlas paseando por los salones del deseo, aunque sepas a ciencia cierta que ya solo las podrás soñar.
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