CARTA DESDE EL CORAZÓN

      Quiero darte las gracias por lo que ha sido, disculparme por lo que no ha podido ser. Sentir todo aquello que debería haber sido pero nunca fue. Dejar escapar mis lágrimas por lo que quería que fuese pero no debería ser y respirar profundo por lo que yo quiero que sea y saber con plena certeza, mientras cierro los ojos, que nunca será. Sonreír por los momentos compartidos y llorar por todos aquellos que no has querido compartir. Brindar por lo que pudo ser y no fue y después romper las copas de la decepción por lo que fue pero no era lo que debía ser. Sentir frustración por lo que quiero que seas y guardar silencio cuando eres lo que no quiero. Dejar de pedir imposibles y esperar cada día que lo imposible se cumpla.  Sentirme muy solo cuando me haces compañía y tenerte conmigo siempre que estoy solo. Escribir la belleza en una mirada que nunca vas a saber leer y leer la belleza que tu escribes cuando me miras. Quiero dejar de soñarte cuando duermo y poder tocarte cuando estoy despierto. Deseo que pienses en mí cuando no estoy a tu lado y cuando lo estoy que nada más exista. Quiero que me mires como nunca mirarás a nadie más y mirarte como si solo existieses tú en el mundo. Quiero dejarte estas palabras para que sepas lo que siento, aunque nunca lo entiendas, y siento que jamás hayas llegado a comprender todo aquello que te he escrito. Quiero que seas feliz cuando estés conmigo pero sé que lo serás mucho más con cualquier desconocido. Quiero dejarte la impronta de mis versos aunque no comprendas ni quieras entender todo aquello que te digo, y que te hagan compañía cuando yo me haya ido, que si alguna vez lloras, cuando no esté, que cierres los ojos y entonces comprendas todo aquello que te he escrito, aunque nunca vuelvas a compartir un instante con todo mi cariño. Quiero que sepas lo mucho que te amo aunque no sea correspondido, y que alguna vez, cuando te sientas sola, recuerdes todo lo que hemos compartido, y que tu corazón se dé cuenta de todo lo que ha perdido.

     Quiero que recuerdes todos los besos que te han dado mis palabras, y cuando ya no estén esas palabras comprendas que nadie te besará, nunca, con besos como los que yo te he dado. Que el amor se escribe de diario y algún día, y eso pasará, echarás de menos cada momento que hemos compartido y tus lágrimas dibujaran mi nombre en tu mejilla. No está solo quien no tiene compañía, lo está quien siente la soledad que le regala la indiferencia, quien vive rodeado de silencios cuando gritan las palabras, y algún día, en el tenue perfume que deja la distancia comprenderás todo esto que te digo y sentirás como se te rompe el corazón. Y aunque estos sean los últimos versos que yo te escribo que sepas que yo siempre estaré contigo, que mi sonrisa te acompañará durante todo tu camino, porque cada vez que estés triste sé que pensarás en mí, yo ya no estaré a tu lado, ni querría estarlo. Tu mundo será otro, la compañía será distinta, pero en los laberintos que crea el tiempo y la distancia estoy seguro que alguna que otra vez tu corazón volverá conmigo.

     Estos son los últimos versos que yo te escribo y estas las últimas lágrimas que yo derramo. Siento todos los momentos que no hemos compartido, todos los besos que no te he dado y todas las caricias que se han escapado. Eso ya no importa, la vida pasa y las personas se van, pero los recuerdos habitan en el alma para siempre.

LOS RECUERDOS SON EL ÚNICO PARAISO 

DEL CUAL NO PUEDEN EXPULSARNOS

TÚ HABITAS EN MIS DÍAS, EN MIS LABIOS, EN MI MIRADA,

EN CADA PALABRA QUE ESCRIBO Y CADA VERSO QUE COMPONGO

PORQUE TÚ ERES TODA MI POESÍA.

YA NO ESCRIBO, YA NO RECITO VERSOS EN LAS NOCHES FRÍAS,

YA CONTEMPLO LA BELLEZA DE ESTE MUNDO,

Y YA NADA ME IMPORTA PORQUE TÚ NO ERES MÍA.

 Una persona no muere mientras alguien la recuerde, mientras consiga despertar una sonrisa, así que yo continuaré viviendo siempre que no dejes de recordarme, y cada vez que lo hagas tus labios dibujen una sonrisa.

 Eres todo lo que quiero pero nada de lo que necesito

NO OLVIDES QUE NUNCA TE OLVIDO

      Hay momentos que deben terminar, lugares íntimos donde habita la felicidad pero sabes, en lo más hondo de tu corazón, que no puedes volver, sonrisas que no aportan alegría y palabras que no dicen nada. Hay amores que no te pertenecen aunque tu corazón tenga un título de propiedad y hay besos que se perderán en los cruces de caminos que te llevan hasta la basta soledad. Hay mujeres que valen un mundo pero no merece la pena arriesgar el tuyo por ellas, hay corazones que tienen tanto miedo que tiritan asfixiados por el espanto, devorados por las dudas, ateridos de soportar tanto cariño no requerido. Dicen que la distancia lo cura todo, no es verdad, pero si que es cierto que mitiga el dolor que deja la indiferencia cuando te mira a la cara y esboza una estúpida sonrisa condescendiente. Me piden que me quede cada día, que no me vaya y escriba la tristeza con silencios, que los cruces de miradas creen incendios que solo mi alma no quiere apagar. Quieren que escriba palabras tan bonitas que den sentido a toda una vida, pero no te ofrecen nada a cambio, y vives de prestado cada día en amores no correspondidos que saben a tristeza y desesperación. Estoy cansado de batallar a diario conmigo mismo, de perder batallas cada vez que te miro, de morirme cada vez que te vas. Sé que no eres mía y que nunca lo serás, que guardas tus besos para el amor que algún día llegará de improviso, y sin darme cuenta tú ya no estarás, que tus manos solo me ofrecen caricias vacías y tus miradas no calientan mis noches frías, que tus palabras, aunque tú no lo sepas son una sentencia de muerte, una invitación velada a otra vida. Por eso me voy, aunque me llames egoísta, aunque te deje ahogándote en un mar de lágrimas, aunque grites mi nombre a diario, yo sé que no es el nombre que quieres, los besos que sueñas, tal vez sea el nombre que necesitas ahora mismo, pero no es el que necesitarás cada día de tu vida. Ha llegado ese momento en el que miras a la persona que más quieres y no la conoces, ese momento en el que cierras los ojos y solo la ves a ella pero ya no sonríes, ese momento en el que te das cuenta que solo eres un ave de paso, que eres importante pero no imprescindible, que la vida sin ella será más triste pero menos mezquina, que saldrá el sol cada mañana aunque ella no esté, que tu corazón dejará de latir cada vez que pronuncies su nombre pero no te morirás de pena, que aunque lo hayas perdido todo aún te queda tu vida, y eso es mucho más de lo que tienes ahora. Hay sueños tan hermosos que te da miedo tocarlos, que la vida cotidiana los transforme en horribles pesadillas, hay mujeres que no dicen nada pero expresan con un gesto una belleza infinita, que te miran y el mundo se detiene, que te besan y no existe el mañana, pero el mañana siempre llega y de los sueños llega un momento que también se despierta. 

NO OLVIDES QUE NUNCA TE OLVIDO

QUE SIEMPRE TE PIENSO, 

QUE CIERRO LOS OJOS Y NO DEJO DE VERTE,

QUE TE AMO COMO SOLO SE AMAN LOS SUEÑOS

QUE ME HE IDO PARA NUNCA VOLVER.

UNA ESTRELLA FUGAZ

      Se alejó, como un cometa devorando la distancia, dejando solo la impronta luminosa de su escueta presencia. Una amalgama de vivencias esparcidas por las curvas del tiempo, un tenue repicar de recuerdos subidos en un autobús con destino a ninguna parte. Se fue, tenía que irse, desde el mismo momento en el que dejó su primer beso sabía que habría un último suspiro, una tímida caricia que sería una muda melodía de seducción entonada por el crudo sonido de una despedida. No hacía frío, pero la tristeza le calaba hasta los huesos, el corazón latía como un moribundo que anhela una última bocanada de aire, un último beso, una ultima mirada que se quedé para siempre escrita en la memoria. Le había escrito unas palabras, una ínfima esquela desdibujada sobre un sucio papel, un obituario de corazones rotos, pero no se la había dado, lo sostenía en la mano como un niño que ha perdido su sueño más preciado, como el guerrero cansado de luchar que espera que la muerta lo abata, como el payaso que descubre que lo abraza la tristeza. Lo dejó todo desordenado, mi vida, mis sueños, mi alma y mi corazón, todo esparcido por el tiempo como ese niño que se cansa de sus juguetes y lo deja todo tirado en el camino. No sentía nada, hay momentos donde el mundo se hunde bajo tus pies pero no te importa, momentos donde tu vida se incendia pero te da lo mismo quemarte, momentos que conservas en las estancias de la memoria para que, de vez en cuando, den sustento a la tímida alegría. Se fue, en silencio, como solo puede irse una dama sin complejos, como una princesa que deja huérfano su reino, como ese cometa que solo pasa un instante pero deja que perdure su belleza. Ahora que ya no está habita cada uno de mis sueños, pasea su tímida belleza por las estancias vacías, y si dejo que el silencio se acurruque en mi alma aún puedo sentir como me acaricia su sonrisa. A veces entro en una habitación vacía y percibo el tenue aroma que desprendía su cuerpo desnudo, ese suave perfume que exhalaba su piel cuando pasaba por mi lado, esa sensación tan extraña de que estás solo pero sabes que nunca se ha marchado. Ha pasado el tiempo y aún me veo en esa estación vacía contemplando tu partida, aún me despierto y miro al cielo esperando tu regreso, aún escribo versos con las letras de tu nombre y aún conservo todos y cada uno de tus besos.

ME ENAMORÉ DE LA EFÍMERA BELLEZA

QUE PASA PERO NUNCA SE QUEDA,

DE LOS AMORES DE PASO QUE CALIENTAN

PERO NUNCA TE QUEMAN.

ME ENAMORÉ DE UNA ESTELA EN EL CIELO

DE UNA MUJER DE FUEGO

QUE DEJÓ MI CORAZÓN HECHO CENIZAS.

ATLAS DE LO INTANGIBLE

      Se acurrucó en las entrañas de la necesidad, cerró los ojos y dejó que el tiempo curase todas las heridas, que la distancia fuese imposible de flanquear, que las lágrimas se acabasen tocadas por el olvido. Esperó que el mundo no fuese un lugar sórdido y ajeno, que las terribles tormentas de reproches pasasen de largo y llegase la ansiada calma. La vida era un atlas de intangibles, un compendio de notas discordantes incapaces de crear una melodía, de componer una partitura con tintes de locura, de escribir sonetos con las horas gastadas del día. La soledad no es soledad cuando te hace compañía, la tristeza se despereza como una niña dormida que acaba de despertar y en sus profundos ojos negros se puede ver como brilla la alegría de un nuevo amanecer, y aunque sabes que nunca tendrás todo aquello que quieres también sabes que tienes todo lo que necesitas. No esperas nada de nadie y nadie puede decepcionarte, escribes versos en el aire para que se esparzan por la vida, para que den sentido a los corazones donde puedan llegar a posarse, versos sin nombre para mujeres sin rostro, besos sin labios para labios perdidos, corazones rotos que nunca volverán a latir. La felicidad se encuentra en la mirada inocente de un niño que te regala su sonrisa, en los ojos inmensos de una mujer que pasa de largo pero nunca termina de marcharse, en el roce de una mano que apenas te toca pero deja para siempre su impronta en tu piel. La felicidad te encuentra al girar una esquina y pedir perdón mientras el tiempo se detiene y el alma se ruboriza, al saborear un trocito de la vida y dejar que todos tus sentidos se centren en ese momento, al perder lo que nunca tuviste pero tú creíste que siempre fue tuyo. La vida es tuya, tienes que vivirla y no vivir nunca la vida de los demás, dejar que la tristeza se muera de envidia, que las decepciones se caigan a trazos, que los amores que no son tuyos no se apropien de tu corazón. Amar lo justo y necesario, dejar tu sonrisa para quien quiera usarla, escribir con los ojos todos los "te quiero" del mundo, no dar nunca por perdida la felicidad ni dejar que nadie te robe todo aquello que eres. Habita los sueños y sueña sin miedos, deja que la pasión se consuma despacio, que los besos se diviertan en los labios que carecen de nombre, que las caricias sin rostro se queden un ratito a jugar a dados con tu destino. Sé feliz allá donde la tristeza te lleve y en ese atlas de intangibles que es el mundo disfruta de cada momento porque no se repiten, de cada persona porque mañana puede no estar, y de cada sonrisa porque a veces se van y ya no regresan jamás.

SÉ FELIZ ALLÁ DONDE ESTÉS

DISFRUTA DEL MOMENTO, DE LA COMPAÑÍA

PORQUE MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO 

LA TRISTEZA TE ALCANZARÁ, 

LOS MOMENTOS SE DISIPARAN

Y LA COMPAÑÍA SE PERDERÁ PARA SIEMPRE.

MANIFIESTO AL DESENCANTO

     Escribo y callo para no perturbar el pasado, para que mis silencios griten lo mucho que te amo, para que las palabras se hagan mohines desconsolados en el vacío de tu regazo. Adoro los silencios que se escriben con las manos, las miradas de las que manan versos desencantados, los labios que inventan besos desesperados que se mueren por descansar en tu boca. Escribo aunque no comprendas mis palabras, aunque mis versos se pierdan en los angostos caminos de la indiferencia, aunque suenen a vacío y prosa inconexa cuando rozan las fronteras de tu árido pensamiento, aunque no te importe nada de todo aquello que te escribo. Escribo para no sentirte tan lejana, para que los días se unten de una suave melancolía que de sentido a todos los momentos, para salvar los últimos pedacitos de mi alma. Escribo para mis entrañas, para dejar que mis pensamientos se esparzan por la nada, para escapar de esa oscura soledad que casi siempre me regalas.

     Ya apenas me queda algún verso, alguna que otra tímida palabra, un escuálido suspiro escrito en papel que te regale la mirada. No escribo para quien nunca supo de poesía, para quien no es capaz de pintar los días con sonrisas, para quien una metáfora es una incógnita que carece de sentido. Lástima que mis versos se mueran abatidos por la espada que blande la ignorancia, que no conozcas al poeta ni te mueras de ganas porque te abrace su poesía, que prefieras vivir en la realidad a pasear a diario por la preciosa fantasía, que no creas en dragones, ni en princesas, y para ti jamás existan los finales felices.

     Me gusta que mis miradas se llenen de palabras, de verbos, de adjetivos calificativos aunque tú no entiendas nada de todo esto que te digo, aunque seas capaz de distinguir las letras pero te pierdas en la belleza de las palabras que te acarician cuando simplemente te miro. Escribo para que el aire esparza  todos mis vocablos como una tormenta de caricias que se escapan del diccionario, para que las abrace quien entienda de poesía, para que los corazones perdidos encuentren de nuevo su camino, para que una mujer, en la soledad de su destino, sepa que el amor vive en lo más íntimo de sus sentidos. 

     No escribo para ti aunque tú pienses que eres la musa de mis versos, aunque mis palabras resuenen como truenos en tu vasto pensamiento, aunque no dudes ni un momento de lo mucho que te quiero. No escribo para ti, no eres la princesa de este cuento, ni tan siquiera busco un final feliz, tan solo quiero escribir todo lo que siento para que algún día, en una cálida tarde de verano, una dama se enamore de mis versos vagabundos y traiga de nuevo mi corazón a este mundo.

ESCRIBO PARA DAR SONIDO A LOS SILENCIOS

PARA DESPERTAR UNA SONRISA 

EN EL PÁRAMO DE UNOS LABIOS ABANDONADOS,

PARA QUE LA PASIÓN NO SE DUERMA

Y LOS CORAZONES NUNCA DEJEN DE LATIR,

PARA QUE CADA VEZ QUE LEAS MIS VERSOS

SEPAS QUE NUNCA DEJÉ DE PENSAR EN TI.