jueves, 17 de diciembre de 2015
Besos para desayunar, besos para almorzar, besos para cenar. Besos tomados en las terrazas de verano, que refrescan el alma y dejan un sabor dulce a esperanza. Besos consumidos en el banco del parque, que se posan en los labios como gorriones traviesos jugando con el trémulo encanto. Besos que se desnudan en las alcobas y pasean su gracia por los paraisos ocultos del placer. Besos que se hacen música cuando son interpretados por labios divertidos y crean una sinfonía de agradables sentidos. Besos esculpidos con fuego en el deseo de corazones eternos. Besos que dan la vida y besos que regalan sueños. Besos nacidos de tus labios para vivir en la felicidad de los míos.
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