jueves, 17 de diciembre de 2015

Veo el vaivén acompasado de tu caderas que se hace melodía en mis sentidos. El movimiento pausado de tus pechos cuando tu respiración es un compás interpretado por las notas desgajadas de un corazón enamorado. Tu trasero que es una oda magnífica dedicada al deseo. Te veo y no concibo un mundo hecho de tu ausencia, un tiempo que no esté escrito con tus besos, una vida que no esté contenida en ese universo único que es tu cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario