Es el destino que me alcanza, que me abraza con los brazos de una mujer que se hace espuma en los acantilados de mi cuerpo, que inunda mi alma como una ola de deseo que estremece el corazón. Una tormenta que devora la tristeza y deja a su paso una felicidad que perdura en las entrañas. Una fiesta que se celebra en el parque de recreo de tu sonrisa que florece en los albores del invierno. Un suave perfume a miradas que acaricia el paladar de un amor que se estremece bañado por tus besos. Cantinela tenue de caricias que se esparcen por la piel como hojas que escapan de las ramas de tus dedos y se posan en la melancolía que fluye de la añoranza. Paseo por el camino que dibuja tu risa cuando se encuentran nuestros ojos, cuando tus pupilas me dejan un "te quiero" en la soledad de mi iris, cuando el tiempo se hace susurros alimentando con dulzura un alma que roza tus sentidos. Vendaval de sensaciones que recorren un cuerpo abandonado, que se hacen tormenta de verano cuando rozan mis labios, que escribe con besos un diario de amores contenidos. Odas blasfemas tatuadas en las oquedades de tu cuerpo, delirios que manchan de rubor tus mejillas y se hacen fuego en labios escondidos que se mueren de deseo. Es el destino que se disfraza de mujer, que se esconde entre las curvas cálidas de un cuerpo que exhala pasión y solo quiere que unos besos jueguen en el prado desnudo de sus sueños. Una mujer que se hace vida y con su aliento alimenta de promesas un corazón hecho de delirios.

EL DESTINO SE ENCUENTRA ENTRE TUS LABIOS
EN LA DULZURA DE TUS PECHOS DESNUDOS,
EN LA TERNURA DE TU CUERPO VIRGEN
QUE EXPLORAN LA TERNURA DE MIS SENTIDOS.
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