El tiempo se mide en besos cuando el amor da las horas con caricias sinceras y deja un intenso perfume a pasión en los cuerpos gastados por el placer de diario. Los minutos son susurros que se acurrucan en las esquinas del corazón y cuchichean el deseo en voz baja para alimentar con sueños el hambre que despierta el amor.
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