A IRINA EN EL TIEMPO

Se llevó la alegría y me dejó el silencio, me vistió con su recuerdo para no sentir el frío de su ausencia y entre besos me dejó un adiós austero. Sonata de momentos que toman a golpe de sentimientos mi corazón y dejan un rastro de anhelos que me llevan hasta ti. No estás pero tu corazón late en todos los rincones de mi ser, tu sonrisa habita en las habitaciones vacías e ilumina la soledad que me ha dejado tu partida. Princesa de sueños, escribí un día. Eres princesa, sí, pero no solo de sueños, eres princesa de mis días, heraldo hecho con la poesía que me dejaron tus labios y amante que escribió mi amor con sus besos. Te llevaste el perfume de tus pasos cuando corrías descalza por mi alma, el sonido amortiguado del tiempo que nunca pasa cuando tu mirada me abraza en la distancia, pero no me has dejado solo, me has regalado el sabor de tus palabras, dulces bocados de realidad hechos fantasía, me has dejado mil bocetos de un amor que se derrite entre un sin fin de sentimientos, me has dado una vida para construir la felicidad y un mundo para acomodar mis sueños hasta tu regreso. Te vivo a diario, te siento en el paso de las horas, en el pulso sosegado de mi corazón que se alimenta del pasado, en los amaneceres que hemos compartido y en las noches, que perduran, en lo más hondo de nuestros sentidos. Me dejaste el silencio, es cierto, pero que hermoso es recostarse en su regazo y recordar tus besos, tus manos, tu sonrisa, tus caricias, la desnudez de tu cuerpo corriendo por las veredas de mi fantasía. No estás pero te espero. Vivo el tiempo atado a tu recuerdo, y no existe la tristeza porque cada día es un dulce paso que me acerca a tu regreso.

LA ESPERA ESTÁ LLENA DE RECUERDOS