Los corazones rotos solo pueden ser reparados con las herramientas del amor. Labios dulces para darles unas esquirlas de aliento, miradas cálidas para quitarles el frío, manos suaves para derramar caricias infinitas y besos inmaculados que buscan lugares prohibidos donde dejar la impronta de su dulzura.

Época de sueños y besos compartidos, de miradas cálidas y noches frías que se hacen caricias entre los brazos de quienes te aman. Es navidad, y los sueños se visten de largo para salir de fiesta con la díscola fantasía. Poemas rojos que pasean su verso cálido por los corazones enamorados y dejan un sabor a felicidad que corretea por las noches desnudas.

Me pierdo en tus besos, en los incólumes mares de placer que conforman tus pechos. Paseo por la belleza serena de tu sonrisa de caramelo y me detengo a admirar el espléndido amanecer de tus ojos de cielo. Recorro los caminos secretos que me llevan a la dulzura de tu sexo y sacio mis apetitos en el escaparate de excesos que me regala tu cuerpo.

Los amaneceres se visten con el perfume de tu cuerpo desnudo, con el sabor a sexo usado entre las sábanas calientes que esconden un mapa de besos. Duermes mi princesa encantada mientras haces de mi vida un cuento de hadas; y el silencio que pasa me deja una huella perenne de amor en lo más hondo del alma.

Besos para desayunar, besos para almorzar, besos para cenar. Besos tomados en las terrazas de verano, que refrescan el alma y dejan un sabor dulce a esperanza. Besos consumidos en el banco del parque, que se posan en los labios como gorriones traviesos jugando con el trémulo encanto. Besos que se desnudan en las alcobas y pasean su gracia por los paraisos ocultos del placer. Besos que se hacen música cuando son interpretados por labios divertidos y crean una sinfonía de agradables sentidos. Besos esculpidos con fuego en el deseo de corazones eternos. Besos que dan la vida y besos que regalan sueños. Besos nacidos de tus labios para vivir en la felicidad de los míos.

Veo el vaivén acompasado de tu caderas que se hace melodía en mis sentidos. El movimiento pausado de tus pechos cuando tu respiración es un compás interpretado por las notas desgajadas de un corazón enamorado. Tu trasero que es una oda magnífica dedicada al deseo. Te veo y no concibo un mundo hecho de tu ausencia, un tiempo que no esté escrito con tus besos, una vida que no esté contenida en ese universo único que es tu cuerpo.

Mimosas de besos engalanando labios carentes. Miriada de recuerdos vistiendo la desnudez de tus ojos celestes. Parsimonia enredada en el tronco vetusto del alma buscando la luz agónica de sentimientos radiantes. Te busco siempre y aunque solo encuentro tu ausencia es tu recuerdo el que alimenta mi anhelo.

Paseo por la melancolía de tu ausencia, por los parajes mustios de la distancia que se hace esquirlas de olvido y se clavan en mi corazón. Te sueño como un anhelo huido de mi felicidad y perenne en mi pensamiento. Loas de silencio que reclaman tus besos, que se hacen lamentos y tañen en la soledad de la vida.

VAGABUNDOS DE LA MELANCOLÍA

Corazones embarrancados en arrecifes de amores vacíos, hundidos en las profundas simas de la desesperación. Esclavos de condenas eternas que viven sus vidas atados a las cadenas del desaliento. Pobres de la necesidad y vagabundos de la melancolía. Caricias ausentes que se dan con las manos de la necesidad y el tacto de la imaginación, que se burlan en el rostro ajado de la pasión. Palabras que se clavan en el deseo y lo desangran hasta dejarlo vacío. Pléyades de sentimientos agónicos que mueren de soledad en cementerios de labios malditos, que niegan la cura de sus besos altivos y dejan la daga de su orgullo clavada en el alma de la esperanza. Senderos lúgubres recorridos por corazones malditos que dibujan un rastro de anhelos podridos que hieden a necesidad. Préstamo de miradas lascivas que huyen despavoridas cuando las toca el hedor de la rutina. Lechos vacíos donde el sexo se aburre de las normas sociales y deja que la pasión se haga oleada de excesos. Caminos sin retorno al país de la tristeza donde el olvido reina con mano de hierro sobre los sentimientos cautivos. No queda cariño con el que alimentar el amor vagabundo, ni placeres veniales que calmen la sed de quien solo quiere un pedazo de cielo donde dar descanso a su perturbado pasado. Mentiras y besos no casan en la misma habitación ni princesas y arpías en el mismo corazón. Reproches sucios que manchan la felicidad con los despojos de una repulsiva realidad. Los vagabundos del amor se mueren de inanición en las vagínas oscuras de mujeres que fingen orgasmos, de damas caducas que ofrecen su cuerpo en subastas de sueños rotos.

NO QUIERO BESOS SIN NOMBRE EN LABIOS SIN DUEÑO

NO QUIERO DAMAS ALTIVAS QUE VENDEN CARIÑO

QUIERO PRINCESAS QUE HACEN DE LA VIDA UN CUENTO

QUIERO FINALES FELICES ESCRITOS EN LOS LABIOS DEL DESEO.

Los días se hacen pequeños bocados de felicidad cuando tu sonrisa visita mi mirada y juntas pasean por las estancias de la vida.

La estela de los recuerdos se difumina hasta hacerse tenues sueños en el corazón. Un halo de felicidad eterna que alimenta la espera con un rastro de besos dulces que me lleva hasta la belleza de tu alma.

Noches angostas donde el deseo se hiela de lágrimas y los besos se quedan presos en las cárceles que crea la melancolía de labios ausentes.

En la distancia es tu recuerdo el que me besa con ternura. En tus palabras ausentes me recuesto y me abrazo a la esencia de felicidad que dejaron tus abrazos. Perfumas la espera cada vez que mi pensamiento se transforma en deseo. Te amo aunque el silencio sea un páramo por donde vagan mis anhelos y la ausencia una daga clavada en mi pecho.

VIAJE A LA TRISTEZA

No te escucho, no te siento, no percibo el perfume de tu aliento, y cuando me visita tu recuerdo mi corazón se estremece con el halo de tus sueños. Princesa ausente, corazón con alas que se aleja en el horizonte de la soledad y deja en el cielo de mi amor un rastro tenue de anhelos rotos. No son las palabras las que hieren, son los silencios que dibujan dudas y temores, que se aferran al corazón como fauces sedientas de besos carentes. Te persigo entre un mar alborotado de sentimientos urgentes que zozobran ante la magnitud de la distancia y el vaivén furioso de olas de tristeza que ahogan mi sonrisa. Desiertos de agonía donde los sentimientos se mueren por la sed de caricias inventadas que solo dejan un perfume vacuo que se impregna en la nada. Acantilados de olvido por donde se despeñan los amantes heridos, lugares oscuros donde se esconden las lágrimas para que la pena nunca pueda encontrarlas. Las ausencias se visten con el traje de gala de la costumbre y la belleza de tu sonrisa se disipa entre un bosque caduco de melancolías perennes. No hay remedio contra el destino, no se puede pelear a diario por preservar sueños inalcanzables y dibujar sonrisas en el rostro de la amargura. Procesión solemne de carencias que envuelven el raído manto de la devoción y acaban dejando un sabor amargo a desilusión acerba. Vestigios de pasiones colosales que han sido vencidas por las incansables batallas del tiempo. Miradas marchitas que alimentan la desdicha y manchan de dudas al deseo que suplica unos míseros besos. No te escucho, no te siento, y mi vida sin ti es una jauría de lamentos.

HAY BESOS TRISTES QUE ENSUCIAN LOS LABIOS

CON EL SABOR AGRIO DE LA MELANCOLÍA.

En la oscuridad de la noche la luz de tus ojos me guía. En el silencio de tu ausencia es el latido de tu corazón el que escucho. En tu sonrisa lejana habita mi consuelo, por tus manos pasea toda la felicidad que contiene mi deseo.

Recostado en la soledad tu sonrisa me hace cosquillas en la memoria.

La soledad echa raíces en la melancolía y hace crecer tristeza en el corazón.

Visto mis pensamientos con tu recuerdo. Un traje de felicidad que me protege de los momentos de tristeza y de las ausencias que hielan el alma.

Voy despidiendo pasajes de mi vida, imágenes marchitas de rostros perdidos, amalgama de sentimientos que se rompen por las grietas caducas del tiempo. Sueño cuerpos hechos de arco iris, sonrisas que alimentan anhelos prohibidos, y cuando detengo mi paso aún puedo contemplar toda la belleza que se acomoda en mi alma.

Con tus besos construiré un universo donde las estrellas estarán hechas con tus sonrisas y los planetas con las caricias de tus ojos. Un cosmos hecho de toda tu belleza por donde mis manos caminen descubriendo todos tus deseos.

No hay miradas perdidas tan solo ojos que aún no han encontrado el camino que lleva a la felicidad.

Hay algoritmos que aplicados a la vida crean teoremas de amores donde las ecuaciones de sentimientos son suposiciones imposibles de demostrar sin las variables que aporta el deseo.