Besos perdidos en cuerpos angostos que son un desierto de pena. Manos cálidas que horadan la necesidad con caricias sacadas del corazón de la nostalgia. Estás pero no te veo, te amo pero no te siento. Soledades lúgubres vistiendo días exentos de tus besos. La vida es algo más que recuerdos, una supervivencia extrema por pesares ajados que se enmohecen en las alacenas del tiempo. Recetas de insatisfacción escritas en corazones sucios donde los sentidos luchan por sobrevivir al olvido. Un odisea de lágrimas alimentando ese lodazal de arrumacos que es un alma en pena. Privilegios abandonados que claman un cuerpo donde recobrar los placeres exiliados al apático destino. El mundo es un preludio de plagas de miedos donde los sentimientos se esconden para no ser devorados por la cruda realidad. Busco el silencio de unos labios promiscuos que no gasten su aliento en palabras baldías y si en caricias fértiles que hagan crecer besos ardientes. La oscuridad es un amor perdido que vaga entre sigilos y se abraza a amores furtivos que dejan su impronta en las esquinas del deseo. Páramos de excesos anegados por un caudal de suspiros obscenos donde la pasión se ahoga en su propia lujuria. No hay cura contra la melancolía cuando la soledad es el alimento del alma y la alegría se muere de frío en las caderas sin hambre de mujeres sin nombre. Plagio la dulce locura que habita en los sueños de amas de casa que dejan su estela perfumada entre las sábanas calientes de hoteles baratos. Blasfemias que presentan respetos en alcobas austeras donde la gracia divina se paga con sexo oneroso. Me alimento de los recuerdos añejos que saben a desidia, de pedazos duros de sonrisas caducas que intoxicaron mi vida y llevaron al abismo de la tristeza a un amor raquítico.

EL ODIO ENGENDRA PASIONES TAN FUERTES
QUE NI TAN SIQUIERA EL AMOR PUEDE VENCERLAS
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