Quisiera beber del rocío de tus labios cada amanecer, recostarme en la espera y contemplar la belleza que envuelve tu rostro como un halo de felicidad imperecedera, alimentarme de la pasión que mana de tu cuerpo y fluye por mis venas. Quisiera que mi vida fuese la tuya y mi amor tu compañero de viaje para que la soledad nunca pueda tocarte.
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