martes, 1 de marzo de 2016

Si pudiésemos parar el tiempo la felicidad no sería tan importante, pero el tiempo es un tirano que no se detiene ante nada, convirtiendo efímeros momentos cuajados de dicha en preciosas odiseas que hacen de la vida una historia maravillosa. La felicidad está hecha de recuerdos y de esperanzas. Atesora ambos en tu corazón y haz de cada día vivido un momento inolvidable porque cuando ya no los tengas solo podrás rememorarlos en ese paraíso que es la memoria.

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