Hoy me pides perdón, y hace mucho tiempo que no hay nada que perdonar, tan solo dejar escrito en el rayajeado cuaderno del agradecimiento todo aquello que me enseñaste con lecciones amargas de lágrimas robadas. Fui profesor de la tristeza y alumno del desconsuelo, suspendí los exámenes de besos prohibidos y dejé que las materias del curso de amores eternos solo fuesen grises garabatos en el papel inmaculado de un corazón destinado a repetir la asignatura de mentiras piadosas.

Manos de espartero, manos pobres ungiendo sogas, alpargatas y cestos. Manos agrietadas, manos de labriego engañando al hambre, arañando el sustento de la tierra estéril. Manos salpicadas de arrugas, alimentadas por el campo y el esparto.

LA FELICIDAD..............

La felicidad consiste en hacer de la cotidiano una fantasía, de un mundo ordinario un himno a la alegría, de los sueños perdidos una realidad encontrada, de la vida una aventura que comienza cada nuevo día. La felicidad es un beso dejado en la almohada al despertar, una caricia que desafía al sueño y se queda a vivir en la piel, una sonrisa que nadie ve pero pasea por el corazón con delicada cortesía. La felicidad es un gesto sencillo que lo dice todo y no calla nada, un silencio que se viste con miradas, un cachete en el trasero que provoca una batalla de besos y un suspiro que se desnuda para dar forma al cariño. La felicidad es la chispa que se crea cuando una mano roza el deseo que habita en otra mano, cuando escuchas el sonido de una puerta que se abre y sabes que es el amor quien te visita, cuando estás solo pero comprendes que basta con cerrar los ojos para gozar de una preciosa compañía. La felicidad se esconde en una cama deshecha, en las palabras sencillas que tintan de rubor unas mejillas, en el perfume que inunda una habitación cuando esta está vacía, en la música que pasea por tu memoria y desnuda los recuerdos. La felicidad es un cruce de caminos donde se encuentran dos almas vagabundas e intercambian sus sentidos, es una llamada que te acelera el corazón, un alto el fuego que se firma con besos, un "te quiero" que no es necesario pronunciar. 

En muchas ocasiones tu felicidad vive en el corazón de otra persona y sin el calor de ese corazón solo es posible alimentarse de quimeras.

LA  FELICIDAD CONSISTE EN NO DESEAR MÁS DE LO QUE TIENES

Y EN NO DAR TU AMOR A QUIEN NO LO MERECE.

CORAZÓN EN PROPIEDAD

Se paró en mi corazón, para descansar de amores banales, para beber del cariño sincero y saciar su apetito de besos, para escribir con trazos de tiza en las paredes del cielo un "te quiero" que nadie pueda borrar, para dejarse abrazar por los tímidos sueños que nunca se van, para dormir entre los brazos que se burlan de la soledad, para olvidar las lágrimas que no te dejan soñar, para coquetear con las sonrisas que besan sin besar. Se detuvo en mi vida, para dejar atrás las penas que habitaban en los rincones de su alma, para construir con caricias atrevidas el esqueleto de mi risa, para que los miedos solo conociesen un camino de ida, para que la felicidad fuese una amante de día y un consuelo de noche, para que su perfume endulzase las estancias de mi pensamiento, para que el tiempo se hiciese tiernos sentimientos. 
Paseaba su graciosa figura por las avenidas que construían mis ojos, por las habitaciones donde el deseo se hacía caricias y las promesas poesía, por la lujuria que se desnuda cuando nadie la mira, por el regazo donde se recuestan los besos que nadie quería, por esas manos que solo pedían cariño y encontraban ausencias. 
Dejó su corazón en propiedad para que nadie más lo pudiese usar, para que el paso del tiempo no la pudiese olvidar, para que su ausencia se llenase con los efluvios de la felicidad, para que su corazón no llorase hasta que ella pudiese regresar, para que el amor no escribiese un final sino un continuará.................

SE MARCHÓ PERO DEJÓ SU PERFUME EN MI VIDA

SU SONRISA EN MI ALMA Y SU LUJURIA EN MI CORAZÓN.

VIAJE DE IDA

Se rodeó de silencio para poder escuchar tan solo a su corazón, dejó los miedos arrumbados en el desván de esa dama que llaman soledad y cambió la letanía de sus lágrimas amargas por la epopeya de una sonrisa limpia. No esperó a nadie porque a nadie hay que esperar cuando habla el corazón y sus palabras son alimento eterno para la felicidad. Encontró tantas cosas hermosas en su camino que dibujo la belleza con el trazo firme de sus labios, pero nunca cambió una sola de sus sonrisas por la vanidad de unos ojos que prometen imposibles y dejan cicatrices eternas en el recuerdo. El tiempo pasó, como pasan las horas que dejan un tenue perfume a nostalgia en la piel de los días, y viajó tan lejos que nunca más deseo regresar al gris de una vida que se moría de ansiedad. Aún hoy, cuando cierra los ojos, puede contemplar los rostros, las miradas, las caricias, incluso puede sentir el roce de unos labios que nunca aprendieron a besar jugando con lo que él creía era una oda a la felicidad. El mundo cambió, los recuerdos se hicieron esquirlas en la memoria y las personas música apagada en la lejanía de un destierro consentido, murmullos de pasiones ajenas que se aferran a la mediocridad de corazones estériles, sonrisas vacías que no pueden alimentar el devenir de los días y miradas tan turbias que no te dejan ver el ocaso que se cierne sobre el alma. Fue feliz, sin nada, porque no se necesita nada cuando se está en paz consigo mismo, cuando te alimentas de la ternura que dejan esparcida por tu cama cada amanecer y despiertas saciado de besos y caricias. 
A veces, cuando paseaba por los jardines de la memoria sentía un tenue deseo de regresar, de componer viejas melodías con pasiones nuevas, pero su corazón cansado de quimeras volvía a recostarse entre los campos de sueños juguetones que dan forma a los sentimientos y sabor a la felicidad.

LA MÚSICA MÁS BELLA ESTA COMPUESTA 

POR LAS NOTAS QUE NACEN DEL CORAZÓN.

ÉGLOGA

 Llegó de madrugada,

sobria, serena, silenciosa,

envuelta en soledad,

fría como el olvido.

Sus manos hechas de pena

se posaron en su alma,

un sudario blanco y tosco

vistiendo un cuerpo gris.

Lágrimas inquietas,

hilos de cristal rotos

arrancados de la esperanza,

el ocaso de unos lamentos

enmarañados en la pena.

Llegó de madrugada,

extraña, triste, sucia,

sin coro de ángeles,

sin promesas baldías,

muda y ciega;

sencilla como el silencio.

El vacío de sus ojos

se posó en el sufrimiento,

un ángel de alas raídas

devorando el tiempo marchito;

solo quedó la enjuta nada

rompiendo en la ausencia.

Deja que me acurruque en tu regazo y escuche como tu corazón palpita mi nombre.

El tiempo se mide en besos cuando el amor da las horas con caricias sinceras y deja un intenso perfume a pasión en los cuerpos gastados por el placer de diario. Los minutos son susurros que se acurrucan en las esquinas del corazón y cuchichean el deseo en voz baja para alimentar con sueños el hambre que despierta el amor.