Dejó que su mirada muriese
perdida en los bosques de recuerdos,
triste como el amor no correspondido,
invisible como el rostro del olvido.
Poemas dibujados en la soledad,
escritos con las lágrimas amargas
que ensucian el rostro de la vanidad,
que solo dejan ausencia en los ojos.
Perdió su felicidad en el pasado
en las caderas que legan descuidos
y regalan besos hechos de pena,
que huelen a reproches mudos.
Coleccionó orgasmos indiscretos,
caricias que nunca se olvidan
suspiros que se hacen sonrisas,
labios que se pasean por la vida.
Melancolía que seduce a la ausencia
sueños rotos en un rincón del alma,
lujuria desdibujada en la memoria
corazones heridos que sangran tristeza.
Enamoró a la inocencia cohibida
con la poesía que se hace miradas,
con los gestos que no dicen nada
y dejan un tenue rubor a esperanza.
Levantó la falda de la vieja nostalgia
le hizo el amor a la fría indulgencia,
bebió el elixir del placer pasajero
donde el amor nunca sacia su sed.
viernes, 27 de enero de 2017
miércoles, 25 de enero de 2017
miércoles, 18 de enero de 2017
PRELUDIO
El cielo nublado, un gran mantel negruzco que se extendía en el infinito, una pálida llovizna se estrellaba contra las armaduras como tímidos soldados intentando doblegar la fortaleza de un gigante. El viento soplaba como una dama invisible de aliento gélido paseando su belleza helada por la inmensidad de los páramos. Eran el preludio de una batalla que se antojaba atroz, de un combate entre dos titanes dispuestos a destruirlo todo. Los árboles parecían colosos estoicos esperando una orden para avanzar, todo estaba envuelto en ese silencio pernicioso que precede a la muerte, aquí y allí se escuchaba la voz gutural de algún comandante intentando arengar a sus tropas, despojarlas del miedo y envolver sus corazones en el manto de un valor insensato. El relincho de un caballo asustado, el ladrido lejano de un mastín de guerra ansioso por desgarrar la garganta de un soldado, la calma que precede a la tormenta que se aproxima y amenaza con destruir todo indicio de vida. El tiempo se había detenido para contemplar la grandeza de ambos ejércitos, para dejar unos momentos de sosiego a unos guerreros que ya percibían el sabor áspero de la muerte en sus bocas, para saborear la gloria perenne que acompaña al fragor de un desmesurado derramamiento de sangre. En la lejanía se escuchaba el ruido inconfundible de un cuerno de guerra, los tambores que redoblan melodías malditas esparciendo notas de guerra entre las filas de los enemigos, la valentía que se presenta al combate dispuesta a realizar actos heroicos, la soledad que atenaza las entrañas cuando estás presto a entrar en combate. Se hizo un silencio maldito justo antes de que el páramo se llenase con la algarabía de mil gritos de guerra, con el aliento exaltado de todos aquellos cuyo destino era morir en un campo de batalla cubiertos bajo el blanco manto de la gloria. Era la guerra presentando sus respetos a todas aquellas almas que viajarían al infierno cuando terminase el día.
martes, 17 de enero de 2017
TRISTE DESPEDIDA
Los ojos dejaron escapar una lágrimas escuetas, un homenaje sentido a la carencia de un corazón que se fue para siempre. El tiempo le robó sus manos callosas, su mirada árida, las palabras humildes que aún resuenan en la caverna de la memoria. La vida se va de improviso, no avisa de que es la hora de partir hacia lugares desconocidos donde espera el miedo, se marcha con un último aliento y nos deja una miríada de recuerdos que se aferran a las tripas de la ausencia. Aún queda el perfume de sus últimos días, la fragancia de los momentos que conforman el devenir de los días, los sonidos, casi imperceptibles, de una risa que viste la desnudez del pasado. La perdida se aferra como fauces hambrientas a las entrañas de la pena y desgarra el silencio con un llanto acallado que surge de lo más profundo del alma. Te vas y nos dejas días huérfanos que solo saben de silencios, calles en penumbra por donde pasea la melancolía, noches en vela que nunca terminan. Los días deambulan como perros perdidos que mendigan un trozo de cariño, como estrofas robadas de un poema maldito, como las ilusiones perdidas que nunca volverán a abrazarnos. No llores me dicen, pero yo debo dejar que mis lágrimas te acompañen en tu viaje hasta el cielo.
A mi tío que ya estará reunido con mis abuelos en los campos de sueños que compartieron en vida.
A mi tío que ya estará reunido con mis abuelos en los campos de sueños que compartieron en vida.
lunes, 16 de enero de 2017
Escribió su amor con besos humildes, con labios que componen una prosa sencilla, con un corazón cansado que desafía a la melancolía. Escribió el deseo con la tinta indeleble del amor para que no pudiese borrarlo el paso del tiempo, y dejó un reguero de caricias tatuadas en su piel para que siempre supiese encontrar el camino de vuelta a la felicidad.
viernes, 13 de enero de 2017
A LAS HADAS DEL TIEMPO
A las alocadas hadas del tiempo quiero pedirles que la felicidad sea mi compañera de viaje, que mis amigos continúen a mi lado y que la tristeza, si aparece, solo sea una tenue neblina que desaparezca tocada por los cálidos rayos de una sonrisa sincera. Deseo que los días sean un plácido paseo por los labios de las personas que amo y que siempre tenga una mano firme a la que aferrarme cuando el destino me niegue el placer de una buena compañía. Les pido que pueda consumir el placer de un amor sincero a diario y que las lágrimas solo sean pena cristalina del pasado, que las noches estén llenas de sueños y los días sean un reguero de preciosos momentos. A las alocadas hadas del tiempo le pide que mi corazón regale latidos sinceros, que mi alma no se condene a la pena eterna de las personas que no quiero, y que cuando cierre los ojos pueda contemplar la belleza que atesora este mundo. Deseo que el pasado nunca turbe el presente con recuerdos que solo dejan miseria, que pueda mirar a la cara a todas aquellas personas que siempre han sido conmigo sinceras, y que pueda compartir la felicidad con aquellos que aprecian mi compañía. A las alocadas hadas del tiempo les ruego que nunca alejen de mi regazo la ilusión que comparto con la mirada inocente de un niño que me tiende su mano, que pueda decir siempre "lo siento" y que mis errores no causen daño a nadie. Deseo que abra los ojos y despierte mi sonrisa, que la persona que comparte mi cama comparta también mi corazón, y que el paso despiadado del tiempo me haga una persona mejor.
A LAS ALOCADAS HADAS DEL TIEMPO
LES PIDO QUE LA FELICIDAD NO SEA SOLO UN MOMENTO,
QUE PUEDA JUGAR CON ELLAS A BESOS
Y HAGAN DE LA FANTASÍA SEA UN REGALO ETERNO.
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