Ya estáis todos juntos, en ese cielo hecho de campos cultivados que tanto amabais, ahora podéis charlar los cuatro en torno a una sartén de migas y unas habas recién recogidas, juntaos todos frente al rincón y hablar de aquellos tiempos de juventud y mocedad que crearon vínculos eternos en vuestros corazones.
Ya te has ido, silenciosa, cálida, dulce, como ese suspiro que escapa de unos labios cansados y crea una queda melancolía en el alma. Te has ido y te has llevado un poco de mí contigo, un poquito para que pueda estar siempre contigo, para poder abrazar de nuevo a mis abuelos y mi tío que tanto añoro y dejar correr mis lágrimas por las delicadas mejillas de vuestros recuerdos. Te has ido y el vacío de tu partida es un canto íntimo en el inmenso páramo de la tristeza.
LA SOLEDAD SIEMPRE ME PERMITE ESTAR CONTIGO
Y SÉ, QUE ALLÁ EN EL CIELO, TÚ ESTÁS CONMIGO.