A veces no valoramos toda la belleza que encierra la persona con la que convivimos a diario tan solo por pertenecer al mundo de lo cotidiano, su sonrisa escondida entre la almohada, sus bostezos mientras se despereza y saluda con desgana a la mañana. Escuchar como el silencio se llena con sus pasos, como pasa despacio por tu lado y te mira de soslayo, como su risa es el sonido que compone la banda sonora de un mundo perfecto. Los silencios que compartes y están hechos de momentos, esa mirada perdida que encierra una belleza tan efímera que basta un leve suspiro para romperla, los pases de modelos en pijama que terminan entre besos en la cama, el rubor que tinta sus mejillas cuando tus labios se posan en su cuello y ella te aparta con la mano porque siempre eres un incordio. Cuando entras en el baño y te echa a empujones pero su risa es un homenaje al amor incondicional, cuando la escuchas parlotear en otra habitación y dejas que su voz se acurruque en tus entrañas, cuando entras en casa y es el perfume de su cuerpo el que te arrebata una sonrisa. Las guerras diarias donde parece que el amor se derrumba pero basta un abrazo para firmar un armisticio, donde un simple "te quiero" es suficiente para poner fin a una era de conflictos, donde un beso es el principio de una paz duradera. A veces dejamos que los sueños escapen de las manos, que la vida de diario esconda todo el cariño que sentimos hacia esa mujer que camina a nuestro lado, que los pequeños detalles dejen de ser algo cotidiano, pero basta un mohín apenas perceptible, un beso que revolotea entre los labios, una sonrisa improvisada que se estampa en la mirada para recordar que el amor habita en el mapa descuidado de cada uno de sus rasgos, en la desnudez de las habitaciones vacías cuando su ausencia pasea por la memoria y la inunda de belleza, en los recuerdos donde sus besos derrotaron los momentos de tristeza, y es entonces cuando comprendes que la vida está hecha de ella y que no hay amor más real que el amor que se comparte cada día entre besos y tormentas, entre lágrimas y felicidad perecedera, entre dos corazones que comparten un destino.
LOS BESOS SE SIRVEN EN EL DESAYUNO
CALIENTES, DULCES, INTENSOS,
BESOS QUE SE ENGENDRAN CADA DÍA
PARA ESCRIBIR POESÍA EN TU BOCA.
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