Dejó sus recuerdos en la entrada y se dirigió, despacio, al dormitorio. Solo vestía un delicado traje hecho de sueños, y portaba en su corazón un ramo de deseos tan frescos que el aire olía a dulces excesos. La puerta estaba entornada, como una tímida invitación a admirar los placeres que se esconden tras la estela plateada que deja la imaginación cuando pasa. Podía sentir como el corazón se aceleraba, como el pensamiento volaba tras las besos que yacían esparcidos por toda la cama. Empujó la puerta y dejó atrás sus miedos, dio un paso adelante y permitió que su corazón presentará respetos a la fantasía, que desnuda, vestía su belleza con una sonrisa tímida y unos ojos inmensos. Se acercó como el poeta se acerca a sus versos y escribió con sus ojos poemas en la dulzura de su piel. Escribió con la tinta del placer caricias tan hermosas que la propia belleza se ruborizó de un amor como aquel, y cuando cerró los ojos comprendió que el paraíso se encontraba entre las caderas de aquella sublime mujer. El tiempo se hizo gemidos, y los gemidos crearon sinfonías infinitas de amores eternos que viven en las escasas horas en las que un sueño suspira y muere. No había prisa, cuando dos corazones se aman el tiempo se calla para no molestar, el silencio se acurruca en un rincón y deja que sean las manos las que compongan canciones que solo pueden ser escuchadas por el alma. Entre las sábanas revueltas olía a felicidad, a amores consumidos que nacen y mueren sin cesar, a promesas que se quedan a vivir entre los pechos perfectos del deseo que nunca se acaba. Cuanta belleza contenida en la mirada, cuanta dulzura derrochada por la pasión, cuando deseo consumido por dos cuerpos que se hacen uno cuando los toca el amor. Se levantó, dejó unos besos escritos es su piel, y un glosario de suspiros revoloteando en la memoria, pero no volvió la vista atrás, sabía que no podría volver, y mientras la puerta se cerraba sintió como su corazón se moría. Quiso pronunciar un "volveré" pero dejó que el silencio vistiese la belleza de ese deseo hecho mujer.
LA BELLEZA SE ESCRIBE CON LOS VERSOS QUE MANAN
DE UN CUERPO DESNUDO DE MUJER.
EL DESEO SE ESCULPE CON EL SILENCIO DE LAS MIRADAS
QUE LO DICEN TODO Y NO CALLAN NADA,
PORQUE CUANDO EL AMOR HABLA LA VIDA SE CALLA
Y LOS SUEÑOS BESAN COMO SI NO HUBIESE UN MAÑANA.
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