Lo sé. Me lo dice el silencio que ronronea caricias cuando la soledad vela tu ausencia. Me lo recuerdan los días que juegan con mi memoria a momentos felices. Lo grita el tiempo que se muere de sueños esperando que tus labios dejen de ser fantasía y me regalen tus besos de azúcar. Lo sé. Lo siento en tu carencia, en el paso delicado de la vida que se hace tormenta cuando rompe contra los deseos que se mueren de espera. En la ternura que mana de tus palabras y endulza mi corazón hasta el tuétano. En la distancia vive el amor, en la lejanía de unos sentimientos que se mueren de un cariño que no pueden tocar pero que vive en el confín de tus besos. Aroma a recuerdos vivos que habitan en el apartado remanso que compone la calidez de tus ojos. Un laberinto infinito de miradas que escriben en la eternidad los anhelos que rebosan el alma y componen con pupilas gastadas poemas invisibles. Un mar en calma donde mis manos navegan por las olas de tu piel y se paran a beber de los encantos que adornan tu cuerpo de mujer. Lo sé. Aunque tú nunca pronuncies una sola palabra de amor, aunque en la oscuridad de reinos olvidados tu corazón se hiele falto de besos, aunque el destino se haga tirano y no me permita disfrutar del placer que da tu sonrisa. Lo sé. Solo necesito un instante para que mi vida se llene de todo tu amor, para que mis sueños rebosen felicidad en los poco instantes que pueden escapar de la realidad, y abrazarse como un niño pequeño a la calidez de tu regazo. Quiero cerrar los ojos y sentir el sabor de tu piel, el aroma de tus ojos, el silencio de tus manos, el tacto de tus labios pidiendo permiso al rubor. Percibo como tus sentidos caminan por mi cuerpo, como el deseo cabalga desbocado por mis entrañas y llena de promesas cada rincón de mi ser. Te siento cuando respiro, cuando camino, cuando el tiempo se detiene y me deja contemplar la perfecta armonía que envuelve tu belleza. Lo sé porque mi vida está hecha de tu amor, y tu amor alimenta de versos mi alma de poeta.

HAY SIRENAS QUE CUANDO TE ENCUENTRAN EN EL MAR DE LA DESOLACIÓN
SUS VOCES DULCES Y SUS CORAZONES ERRANTES TE DAN LA SALVACIÓN
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