Ebanista de inocencias trémulas, reparador de corazones rotos. Escritor de amores perdidos que lloran desconsolados porque no son encontrados. Narrador de versos sin rimas y besos sin labios. Vagabundo del sexo que anda enajenado por la tristeza del mundo. Solista de canciones que derraman palabras envueltas en la música de caricias calladas. Corredor de maratones por deseos desnudos y placeres de nadie. Buscador de silencios y creador de palabras que no tienen dueño. Cautivo de cuerpos hechos con gotas de lluvia que rejuvenecen el alma con besos arrancados a las lágrimas de duelo. Perturbador de sonrisas sinceras y agitador de caricias prohibidas. Embaucador de pasiones que se rompen en los pechos frígidos de la melancolía. Sanador de deleites moribundos que se desangran por las heridas de la sinceridad. Enamorado de los sueños que no se pueden alcanzar, de las promesas olvidadas que nunca aprendieron a besar. Soldado sin fortuna herido en las batallas de celos que derrocan amores eternos. Pacificador de guerras de besos donde los labios se mueren de desconsuelo. Soñador de imposibles y hacedor de momentos felices. Jinete de la locura y proveedor de ese elixir que llaman dulzura. Orador de arengas de amor que se hacen fuego en las estancias del corazón. Andador de cielos sin nombre y mujeres hechas de sueños. Pistolero de alquiler y abogado de las cosas del querer. Descubridor de los anhelos perfumados que se esconden en las sonrisas tristes. Conquistador de promesas que se mueren de frío entre las manos del destino. Exiliado de la felicidad y de profesión: "soñador por necesidad".

MAQUINISTA DE AMORES QUE VIAJAN EN EL TIEMPO
BUSCANDO MUJERES HECHAS DE SUEÑOS.
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