miércoles, 7 de octubre de 2015

Vivo en cada uno de tus besos, en las sonrisas que no pasan de largo y se acomodan en los surcos de la memoria. Vivo entre tus dedos cuando tus caricias se enredan en mi recuerdo, entre las sábanas que huelen a tus sueños. Vivo en tus palabras cuando corren divertidas por tu boca y descansan en mi alma, en los silencios que acompañan tu mirada. Vivo en la furia contenida que se cura con abrazos, en los cajones de tu ropa que huelen a tu ausencia. Vivo entre tus pasos que escriben un camino de baldosas amarillas a un corazón enamorado, en la felicidad perpetua que tu amor me ha dibujado.

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