Por los tiempos que fueron y las sonrisas que perduran. Por esa voz melosa que endulzaba mis noches y esos ojos que eran de azúcar. Por la melancolía que pasea su esbelta figura por el recuerdo. Por las palabras que se burlaban del silencio y creaban melodías de cariño. Por los sueños compartidos que nunca logramos. Por la distancia que se hizo eterna e insalvable. Por los besos nunca dados que desbordan la imaginación. Por los cuerpos desnudos que nunca se tocan pero siempre se desean. Por las noches en vela repletas de risas y de conversaciones hermosas. Por lo que me diste sin estar a mi lado y por lo que te llevaste una vez te hubiste marchado. Por ese acento divertido de niña traviesa que solo quería jugar. Por las historias que me contabas y que pedían encontrar un final. Por ese abrazo eterno que solo duró una mañana y por el olor a mariposas que dejaste en mi alma. Por ese paseo por el paraíso que dimos una vez y por lo que no pudo ser. Por el perfume que se quedó perenne en mi corazón y por los brotes tiernos de arrumacos que alimentaron la ilusión. Por encontrarme cuando estaba perdido y por darme tu mano y mostrarme el camino. Por dedicarme tu tiempo cuando no tenías tiempo. Por dejar tu vida y vivir en la mía. Por no escuchar de tus labios ni un solo reproche. Por cambiarme lágrimas por besos. Por hacer de mi soledad una habitación donde resuenan tus pasos. Por desprenderte de tus miedos y lanzarte al vacío. Por estar cuando ya te has ido. Por perdonar con una mirada y complacer con una sonrisa. Por aquel viaje que nunca hicimos y tantas veces planeamos. Por no besarte bajo la luna y hacerte el amor en una playa desierta. Por mostrarme que la locura es la mejor forma de vida y que mi vida estaba vacía. Por no dejarme morir cuando la muerte era mi amiga.

POR EL PASADO QUE NO VUELVE
PERO DEJA SU IMPRONTA EN EL CORAZÓN.
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