PERDIDA Y ESPERANZAS (PARTE II )

La felicidad está contenida en las cosquillas de tus besos cuando tus labios dibujan promesas húmedas en el deseo ardiente que habita mi boca. La dulzura se viste con tus ojos y pasea su silencio por la belleza serena que perfuma el tiempo con un verde oliva que derrama delicias en la sed apagada de mi pensamiento lascivo. Habitas mis sueños y haces de ellos pequeños paraísos donde el amor pasea desnudo su delicioso deseo. Susurras versos extraídos del alma del mismo silencio, estrofas robadas de las salas de la espera y escritas con caricias que se desbordan en la placidez de tu cuerpo tibio. 

Eres el amor que pasea sus tímidos anhelos por la dulzura de miradas perdidas, el cariño que se queda en el laberinto que tejen los sueños, el deseo que cura las heridas que dejan los amargos recuerdos, el éxtasis que embadurna el pasado y lo reescribe con el dulce sabor del presente. 

Las noches son una égloga que entona lamentos infinitos que rompen contra la ausencia y se hacen astillas de miedos en un corazón solitario. Las horas se tornan días y los días siglos, el tiempo se mide en besos perdidos cuando el amor se transforma en cometa y cruza el universo de la soledad infinita. Encuentros que son manantiales donde sacia su sed el deseo, sexo sin prisa que deja un sabor a tierna melancolía, palabras que resuenan en el alma como promesas cautivas que esperan un beso para abrazar el fuego de unos labios eternos. 

Eres el sueño que abraza mi vida, la vida que se despoja del tiempo y hace el amor con los más íntimos anhelos, la belleza que adorna la espera y perturba el silencio. Sonatina de caricias que entonan gemidos y construyen suspiros en el albor de un millar de sentidos. Eres luz, fuego, pasión y excesos, poesía que se escribe con el calor de los besos.

NO SOLO HAY PRINCESAS CON CORONAS DE ORO

TAMBIÉN LAS HAY CON UN CORAZÓN DE AZÚCAR.