No hay paraíso sin tus besos, sin el verde de tus ojos acariciando mi sonrisa. No hay paraíso sin tu cuerpo desnudo provocando a mi deseo, sin tus manos rozando el silencio que dejan las promesas cuando, por fin, se han cumplido. No hay paraíso cuando no paseo por los maravillosos parajes de tu cuerpo y mis sentidos no descubren rincones ocultos donde se recuesta la belleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario