sábado, 18 de julio de 2015

Y EL INFIERNO LE SEGUÍA

Clavó la lanza en el pecho mientras en su rostro se reflejaba el desprecio. Eones de rabia contenida liberados en un golpe seco de su brazo. La sangre manaba con un río incontenible de vida que se escapaba del silencio agónico de unos ojos que suplicaban clemencia. El viaje iniciado tantos años atrás había concluido, y una historia sembrada de muerte encontraba su final en el corazón moribundo de un tirano. Había sido heraldo de la muerte y el infierno le había seguido a lo largo del tiempo convirtiendo sueños de grandeza en pesadillas horrendas. Exilió al perdón de su alma y solo se alimentó de los restos insulsos que deja la venganza cuando tus enemigos caen bajo el templado acero de la justicia que nunca descansa. Avatar del miedo y el dolor destruyó reinos enteros para intentar calmar el sonido agónico que surge del odio más visceral. Contempló, estoico, como la muerte se apoderaba del enemigo que yacía a sus pies, como las finas hebras del destino agarraban el alma del déspota que había cercenado sus ilusiones, años atrás, y lo desterraba de esta vida para siempre. Sintió un vacío en su interior, una soledad aferrada a su corazón, tantos años alimentado por el odio y la venganza y ahora no quedaba nada de esos sentimientos, solo un vacío inmenso que se apoderaba de sus entrañas y lo llenaba todo como una tormenta desatada. La muerte llegó sin decir nada, con su sudario negro y su aura de miedo, y en la inmensidad del campo de batalla se llevo un alma corrupta y el corazón de un caballero.


ENVIÓ TANTAS ALMAS AL INFIERNO
QUE SE PROCLAMÓ REY DEL INFRAMUNDO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario