sábado, 6 de diciembre de 2014

BOCADOS DE REALIDAD

Las personas que no luchan por aquello que quieren y lo pierden se sorprenden cuando ya no lo tienen. Pensar que tienes algo tan solo porque está en tu vida, que solo por eso te pertenece, que hagas lo que hagas o digas lo que digas, va a estar ahí es como pensar que el invierno nunca llegará porque la alegría del verano es eterna. Me sorprenden, nunca dejará de hacerlo, aquellas personas que se quedan mirando como su mundo se desmorona, se rompe en pedazos, y no son capaces de plantar cara a las adversidades y pelear con uñas y dientes por lo que quieren. Que les da igual quienes estén en sus vidas siempre y cuando ellas sean el centro del mundo. Es triste perder tanto tiempo con gente así. Es lamentable el esfuerzo y la ilusión desperdiciadas en esas personas que cuando cambia la dirección del viento y ya no estás dispuesto a ser su luz de guía entonces desaparecen como si nunca hubiesen existido, que cuando ven un problema corren despavoridas porque les da miedo la vida. Las veo pasar junto a mí y siento un nudo en el estómago y un amargor en la boca que me estremece el alma. No siento dolor, lo gasté todo en su incomprensión, y el poco que me quedaba se lo llevó el olvido, pero no puedo evitar pensar en la futilidad que rodea el corazón humano y lo propenso que es a amarse a si mismo. Yo que amo con toda la fuerza de mi corazón, no entiendo que el resto del mundo no lo haga, no comprendo que no se luche por lo que se ama con la fuerza de un coloso enfurecido. Es la mentalidad del ser humano, un instinto de supervivencia individual que ha asfixiado al instinto de supervivencia de la especie. No le guardo rencor a nadie, pienso que las cosas suceden porque debe ser así, que a las buenas personas les pasan cosas malas porque no existe la buena voluntad de las personas ni la benevolencia de los reptiles, así que si no tienes un antídoto contra esos ataques sufrirás heridas tan graves que pueden terminar amputándote el corazón. Creo, que al final, algunas buenas personas encuentran la felicidad por ser eso, buenas personas, un premio a la constancia, y que las malas personas y los reptiles encuentran aquello que merecen, y sé que la vida es ante todo injusta. Hay que aprender a convivir con el desengaño porque nos visita tan a menudo que no hacerlo es pecar de inocente y a los inocentes los devora la confianza, los devora enteros. 
No me gusta visitar el pasado, hay momentos tan tristes que su solo recuerdo me astilla el alma, pero también tengo recuerdos tan hermosos que cada vez que los visito mi corazón rejuvenece de nuevo. Sé que hay personas que me quieren porque me han visto morir y me han devuelto a la vida, y que hay personas que creía que me daban la vida y cuando me vieron caído se quedaron mirando como la llama de mi amor se extinguía. No lo siento, al final cada uno se muestra tal y como es, no es necesario rebuscar en el interior de las personas, al final los instintos salen a flote y puedes ver con toda claridad la oscuridad que reina en su corazón. He gastado tanto, tanto, en tan poco que ahora desde la perspectiva que da el tiempo y la distancia sé que ha sido un esfuerzo banal por vivir una realidad que solo yo veía, que solo yo sentía. Me alegro de haber escapado de las garras del infortunio, de un infierno hecho de besos que no sabían a nada, que nadie me los regalaba, los compraba yo a diario. De frases hechas de engaños, o de expresiones que derrotan al amor con solo escucharlas, "lo que tengo que soportar"; nadie en este mundo tiene que soportar a nadie, es tan sencillo como sentarse y que tus labios escupan las verdades que tu corazón esconde, sin acritud, sin malos modos, cuando algo se acaba hay que ponerle un final, no destruirlo sin más, un final acorde con todo lo que te han dado mientras han estado a tu lado, una gran historia de amor se merece un final glamuroso, no un exterminio indiscriminado de sentimientos y vidas que pasaban por al lado. Eso no tiene nombre, y si lo tiene, yo no quiero dárselo, no merece la pena.
Hay historias que acaban y ya no se puede escribir más sobre ellas, y mucho menos vivir en ellas, pero hay personas que te roban los sueños cuando se van y eso es una monstruosidad, hay personas que les has dado tu vida para que la suya sea un paseo por las nubes, y que se van dejándote encadenado al infierno de su desdén. Lo comprendo, pero no puedo admitir semejante comportamiento, que pinten la vida con colores si quieren, que la envuelvan en amores de saldo si les apetece, que esculpan sonrisas hechas de falsas promesas, pero que nunca lloren ausencias que ellas mismas crearon, nunca, porque al final, la vida da a cada uno lo que se merece, y pone a cada persona en el lugar que le corresponde.

Alea jacta est  (Julio César)
Bocados de Realidad


DEJA ESCAPAR LA REALIDAD
A QUIEN NO QUIERE ESTAR CONTIGO.
ABRAZA LA FANTASÍA
A ESAS PERSONAS QUE DAN LA VIDA
A CAMBIO DE TU FELICIDAD,
A TODOS AQUELLOS CORAZONES
QUE CURAN LA SOLEDAD.

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