Le dio un vuelco el corazón, las imágenes se arremolinaban en la memoria como un tropel de felicidad que deja un poso de besos perdidos, la mirada fija en la esbelta figura que bañaba su rostro con la más fresca sonrisa, un compendio de belleza dibujada en el hambre de sus pupilas, un amanecer de viejos sentimientos que perfilan un nuevo horizonte de placeres perpetuos que alimentan un deseo vetusto. Sentía como la nostalgia se abría paso entre los muros caídos de caricias añejas que ya apenas visitan ese viejo galán que se llama recuerdo, sentía como sus manos se manchaban de nuevo con el perfume de su piel virgen, como sus dedos hurgaban de nuevo en la felicidad de su cuerpo caliente. La abrazó, dejó que el silencio hiciese el amor con los latidos inquietos de su viejo corazón, que la tristeza no manchase esa página en blanco que es el perdón, que la huella del pasado se diluyese entre el cariño de sus brazos. Olía a esperanza, a felicidad, a reencuentro y finales felices; ese aroma tan dulce que solo pueden dejar los sueños que te regalan la pasión por vivir. Sus ojos se encontraron como dos corazones perdidos que dejan su estela en la inmensidad de un mar de ausencias, como los labios que suspiran de soledad y solo quieren que los embadurnen con besos una vez más, como las manos que solo desean un cuerpo que acariciar. Las palabras se hicieron besos, los besos felicidad y hasta el tiempo se detuvo para no molestar; porque cuando dos amantes se reencuentran sobra todo lo demás.

EL AMOR LO CURA TODO:
ES EL MEJOR REMEDIO CONTRA LA SOLEDAD
EL UNGÜENTO QUE SE APLICA A LA TRISTEZA
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EL ÚNICO TRATAMIENTO QUE SANA LA PENA DEL ALMA
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