domingo, 7 de septiembre de 2014

AMISTADES PELIGROSAS

Las notas del tiempo se escriben en el material indeleble de amistades inmortales. cuando estalla la tormenta y el cielo de la gratitud se colma de negros nubarrones, y luchas a brazo partido contra la ingratitud, son ellos quienes acuden a luchar a tu lado como fieles guerreros que nunca han de ser derrotados. La amistad, un sentimiento tan bello, tan altruista, por el que merece la pena luchar sin valorar los riesgos ni pensar en la muerte. Es el sentimiento más puro, el más leal, es aquel que siempre permanece a tu lado cuando todo lo demás te ha traicionado. Es el fiero guerrero que permanece, estoico, a tu lado cuando las huestes del infortunio cabalgan hacia ti dispuestas a cercenar tu felicidad de un tajo. Es el mercenario que no quiere un salario, solo vivir en tu corazón y batallar por él hasta que se halle a salvo de los fantasmas de la traición y el desdén. Es un coloso que no hinca su rodilla ante nadie porque eso significa tu muerte, y prefiere morir junto a ti que vivir sin mirar a tus ojos. Yo he creído en amistades eternas que no han durado un suspiro, he creído en palabras tan dulces que casi me muero de su triste empalago, he vivido junto a corazones que me juraron lealtad y al cabo del tiempo solo me dieron su soledad. He luchado por amigas por las que no me importaba morir y como premio me quitaron las ganas de vivir. He peleado en tantas batallas, en tantas, que la guerra se convirtió en mi hogar, y aunque habitaba el infierno, mi corazón creía con absoluto fervor su verdad. Pero una mañana, abatido por la mentiras, comprobé que la verdad se moría de olvido en las estancias de la deslealtad, y mientras quien decía llamarse mi amiga, me clavaba el puñal de su traición, vi como por la herida se escapaba mi eterna devoción. He creído en la amistad por encima de todo, he sido el amigo más leal, nunca dejé atrás a quienes, en algún momento de mi vida, pusieron en juego la suya por preservar mi felicidad, pero, hay momentos, en los que no puedes perdonar lo imperdonable, y todo aquello que hicieron por ti en su día no vale tanto como para otorgar tu perdón. Ahora sé que nunca fueron mis leales amigos, que viví de prestado en sus vidas porque yo si que les ofrecí mi amistad más sincera, luché en cientos de campos de batallas por ellas, sufrí heridas que casi me cuestan la vida por alejarlas de la pena y el desengaño, no me importó mi vida siempre que las suyas estuviesen a salvo. Ellas que me llaman traidor me regalaron la más vil traición, ellas que reniegan de mí, no recuerdan que sus lágrimas, esas que con tanto mimo me regalaron, nunca existieron en sus vidas porque yo luché a diario por su felicidad, porque no me importó todo lo demás, pero nunca perdonaré que asesinaran mi amistad. Nunca. Porque se aprovecharon de mi fe absoluta en ellas para derribar de un golpe mi inocencia, para cercenar de un tajo mi confianza, para destruir, sin remordimientos, una amistad que yo prometí eterna y ellas la convirtieron en fugaz, porque me hicieron faltar a mi palabra y eso para mí es imperdonable. Espero no encontraros nunca en el camino que conduce a mi felicidad, porque no os deseo ningún mal, vivid en vuestras sucias mentiras y alimentaros de la inmoralidad que predicáis hasta que vuestro sufrimiento se haga eternidad. Habéis hecho tanto daño en mi vida, que si vuelvo a encontraros solo podré concederos el regalo de una muerte certera, porque nada sois y nada significáis para mí. Yo solo soy un guerrero sin corazón y vosotras unas traidoras sin alma. Una muy mala combinación si tenemos que cruzar espadas en el largo camino que es la vida. Triste es la muerte, pero a veces, es mucho más triste la vida.


HE VISTO MORIR TANTOS CORAZONES
EN NOMBRE DE AMORES FUGACES
QUE MI VIDA ES UNA GUERRA PERPETUA
POR PRESERVAR LA AMISTAD VERDADERA.
MORIRÉ EN LOS CAMPOS DE BATALLA
INFECTADOS DE SUEÑOS MALDITOS
POR PROTEGER LA SONRISA SINCERA
QUE BROTA DE UNA LEALTAD INFINITA.

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