Abro los ojos y te veo desnuda como una promesa que seduce el alma, dulce como la felicidad que acaricia el corazón, bella como el mar en calma mecido por la brisa del amor. Siento el perfume de tu cuerpo que se abraza a mis entrañas, el sabor de tus besos, aún fresco, en mis labios. Tu piel serena, tu pelo travieso, tus manos divertidas. Cierro de nuevo los ojos y me duermo en el regazo de los sueños conquistados.
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