lunes, 11 de abril de 2016

Noches donde los corazones se encuentran como dos buques perdidos en la espesa niebla de amores de paso. Abrazos compartidos en la oscuridad del silencio, en los dormitorios donde el tiempo no pasa pero cuando abres los ojos ya no queda nada. Acaricias la soledad que aún dormita en las sábanas, la ausencia de un cuerpo caliente que pide una migajas de amor que tú ya no le puedes dar. La tristeza es un angosto pasillo por donde se escapan los caprichos de la noche y el perfume de los sueños que nunca podrán ser compartidos.

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