martes, 5 de abril de 2016

El aire huele a flores secas y anhelos húmedos, una ligera brisa de sueños que agita el corazón y susurra al oído que ha llegado el amor. Los sentimientos renacen y los besos florecen por doquier. Las miradas cobran vida y se enredan en la felicidad que surge de lo más hondo del deseo.

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