Hoy me he cruzado con la tristeza, y al mirar la vejez de su rostro, el tono acartonado de su piel vetusta, el aroma a soledad que destilaba su mirada, la dejadez en la que ahora vive su alma, he sentido que la vida ha hecho justicia. He cerrado los ojos perfumando mi presente con sonrisas, y he dejado que la pena se haga dueña del olvido.
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