jueves, 16 de abril de 2015

A MIS ABUELOS

El tiempo se ha deshecho entre vuestra ausencia y mi recuerdo. No hay olvido cuando aún puedo sentir la presencia de los besos, cuando mis ojos aún pueden recorrer el rostro del pasado y dibujar con la yema de mis dedos las arrugas que regalan la edad. Conservo el sabor de tantos momentos compartidos, y mi corazón está tan lleno de recuerdos que aún no estando a mi lado os siento en el tacto de mis manos. Entro en las habitaciones que visten mis recuerdos y puedo escuchar el susurro de vuestra voz, el olor a felicidad que se respiraba cuando los abrazos eran de diario y no necesitaba cerrar los ojos para sentir todo el amor, que a lo largo de la vida, me habéis regalado. Ya no lloro vuestra partida, ya no tengo el alma herida, ya no soy un huérfano de la vida, pero cuando entro en casa y escucho la soledad sí que siento un nudo en la garganta y me cuesta un poco respirar. Es la nostalgia que se llena de imágenes vetustas, que llama a las puertas de mi alma y me recuerda que la vida sigue pero el amor se queda. Yo no lo sabía, pero hay amores que atraviesan la eternidad como una flecha encendida e incendian de cariño la soledad. Amores que te besan sin besar, que te dejan en el alma cicatrices de felicidad, amores que no se hacen, nacen contigo y te acompañan toda la vida sin importar la muerte, porque siempre estarán vivos mientras tú los puedas recordar. Echo de menos el ruido de los pasos comedidos, las palabras de aliento, el ruido del martillo rompiendo la cáscara de las almendras, el brasero, los juegos de cartas, la complicidad de una mentira y los consejos llenos de verdad. Os echo de menos, nadie puede imaginar como añoro la hamaca reclinada, las lentejas, los reproches, las sonrisas, los gestos de cariño, son los recuerdos de un niño que creció rodeado de felicidad, que tuvo en sus abuelos el mejor ejemplo que la vida le ha podido dar. Y aún en el silencio, cuando nadie me puede oír, dejo que mis lágrimas sean un homenaje a su bondad, y por más que lo intento no dejo de llorar.



EN LA SOLEDAD ES CUANDO MÁS SIENTO VUESTRA COMPAÑÍA,
EN LA OSCURIDAD ES CUANDO MÁS BRILLA VUESTRO AMOR,
EN EL TIEMPO ESTÁ ESCRITO EL CARIÑO POR LOS DOS,
EN LOS RECUERDOS VIVEN LOS SUEÑOS QUE PERFUMAN LA ALEGRÍA.
LA FELICIDAD QUE HE VIVIDO COMPARTIENDO VUESTROS DÍAS.


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