No hay felicidad sin tu sonrisa. Sin el tacto de tus manos jugando a promesas hechas en la piel. No hay momentos sino son tus momentos porque la belleza nace de tus labios y sueña en los míos. Te busco cada noche entre mis sueños y me despierto cada día con tus recuerdos. Vivo para ti, para alimentar tu felicidad con mis besos, y hacer que el tiempo se recueste en la espera de tu amor, para que el futuro sea un poema escrito por los dos.
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