Vivo en el país de la alegría sitiado por ese oscuro ejército que es la pena. Siento tu ausencia que se clava en mis recuerdos y crea una herida que sangra por los momentos del pasado. No pido clemencia a los corazones que devoran sentimientos pero si exijo justicia a las caricias que dejan su huella en mi alma. Vivo exiliado de tus días, atrapado en la tela de araña que dibuja el paso del tiempo, y cuando sueño, todos mis sueños, están hechos de ti.
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