Cabalgo solo, herido de muerte, entre imágenes dantescas de sueños rotos que exhalan su último aliento entre estertores agónicos. Mi cuerpo mancillado por el acero de un orgullo que me ha causado heridas tan graves en mi felicidad que solo vivo de pedazos de tristeza que alimentan el paso de unos días lúgubres y malditos. Soy un guerrero abatido por un amor por el que siempre luché, cada día de mi vida he luchado porque ese amor se mantuviese vivo, cada día me he levantado impulsado por la felicidad que manaba a borbotones de un amor inmortal que alimentaba cada fibra de mi ser, por un amor que acariciaba mis sentidos y me hacia ser un hombre feliz. Ese amor que hoy me ha herido de muerte en ese campo de batalla donde la verdad ha muerto a manos de mentiras crueles y despiadadas. Ese amor que se retuerce de dolor en el barro de la desilusión y el engaño. Ese amor que ya no puede mirarte a los ojos porque en el fragor de la batalla tú lo has dejado ciego. Te amé como solo se puede amar la fantasía, porque tú siempre serás la fantasía que dibujaba cada uno de mis días, la alegría que corría desbordada por los páramos de un corazón que solo latía para hacerte feliz. Ahora ese amor se muere abatido por tu olvido, por tus actos egoístas que han causado un daño irreparable en las mismas entrañas de la fantasía, y sin embargo, moribundo y entristecido, mi corazón continua amándote como el primer día, mis labios aún pronuncian tu nombre con la misma devoción con la que se persigue un hermoso sueño que pensamos nos dará la felicidad para siempre. Sé que me muero, siento como la vida se me escapa por cada una de las heridas que me has infligido, que mi aliento se marchita como una flor arrancada de la vida, que mis días tocan a su fin y que el heraldo del tiempo exigirá el tributo de mi alma para calmar el dolor que me ha regalado tu huida. He luchado en campos de sueños por mujeres que no merecían la pena, he abatido sueños que tan solo eran viles pesadillas disfrazadas de cuentos, he combatido contra los monstruos que generan la duda y el miedo, y siempre he vencido porque tu amor me protegía como una coraza hecha con tu devoción y tu cariño. Pero en esta batalla tenía que morir, porque es tu amor el enemigo que he de abatir, y eso es imposible. Mi corazón no puede luchar contra ti, no puedo luchar contra el placer de tus besos, contra tu sonrisa que alimenta mis recuerdos y me hace sentir vivo, no puedo enfrentarme a tu belleza que un día me hizo vivir, y que hoy, en este campo de batalla donde me has hecho luchar, solo busca mi fin. He luchado y he perdido, y en los amargos brazos de la derrota mi amor, como siempre, continua suspirando por hacerte feliz, y en su último aliento es tu nombre el que escapa de unos labios que sueñan tus besos, porque mi corazón, a pesar de la derrota, no hace otra cosa que pensar en ti.

DE UN GUERRERO ENAMORADO
ABATIDO POR EL FRÍO ACERO DE TU DESDÉN.
SIEMPRE LUCHE POR TU AMOR
PORQUE TU FELICIDAD ERA LA MÍA.
TE BUSCARÉ EN EL INFINITO DEL TIEMPO
HASTA MORIR EN EL PLACER DE TUS BRAZOS.
qué bonito, pero un poco frío.. o desesperanzado..
ResponderEliminarEs muy desesperanzador porque es un canto como otros muchos de estos meses a un amor que se fue perdido por la traición y la ignorancia. Muchas gracias por leerme y por comentar.
ResponderEliminar