Gracias por los momentos, por los lugares, por las noches en vela que lamen mi espera. Gracias por mirarme con ojos de niña traviesa, por regalarme recuerdos que nunca mueren. Gracias por estar a mi lado cuando todos se fueron, por las sonrisas que alimentan mis días. Gracias por saber decir "lo siento" y escuchar a mi alma cuando camina sola por los laberintos del tiempo.
(A ti, que velas mis noches y alimentas mis días. A ti que cuando me miras engendras poesía)
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