martes, 6 de mayo de 2014

CANTO A BEGOÑA

(Para los que como yo el amor no viene en conserva y cada nuevo día es un himno silencioso a toda la devoción que te profeso).

Amo el silencio de tus labios,
los suspiros de tus ojos,
el rubor de tus besos tibios,
el clamor de tu furia contenida.

Amo tu pasión desmedida,
el furor de tus palabras frías,           
tu cuerpo desnudo y cálido,
la candidez de tu alma pura.

Amo el sabor de tu belleza madura,
el runrún de tu corazón celestial,
los combates que suman caricias
los momentos que colman la dicha.

Amo tu desdén mal disimulado
la gracia que fluye de tu risa,
tu sueño perdido entre mohines
la fragilidad que baña tu ternura.

Amo las horas atadas a tu prisa
el sexo que habita en tus miradas,
tus manos dibujando mis gemidos,
tu boca pintando mis sonrisas.

Amo los instantes de dulzura,
las noches que lamen la lujuria,
los orgasmos que gritan obscenos,
las lágrimas que piden un perdón.

Amo la tristeza que baña tu rostro,
las dudas que reflejan tus miedos,
las frases que sacian mi hambre,
las promesas que caminan descalzas.


Amo el tesón de tus sentimientos,
los errores que esbozan tu humanidad,
la constancia que habita perenne
entre la estela de una vida preciosa.

Amo el perfume de tu presencia,
el cálido tacto a pétalos de tu piel,
los desplantes que me saben a miel
la felicidad que regalas por doquier.

Te amo,
porque dibujas sentimientos puros
con el pincel de tu sonrisa,
porque creas belleza eterna
con el aroma de tus labios.

Te amo,
porque coloreas paisajes imposibles
con la dulzura de tus ojos,
porque esculpes senderos mágicos
con cada uno de tus gestos.

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