jueves, 15 de mayo de 2014

SUEÑOS DORADOS

Anoche me perdí en el infinito de unos ojos verdes, verdes como la esperanza que camina cogida de mi mano por las veredas que conforman mis días. Anoche su sonrisa esculpió una maraña de deseos en un corazón roto que no esperaba nada. Anoche su mirada me dijo de forma callada que hay un futuro donde la felicidad puede residir de por vida. Anoche los sueños entraron en mi vida mientras las pesadillas huían por los huecos que dejaron sus gestos dulces como el almíbar. Anoche la cascada dorada de su pelo rizado me trajo recuerdos que mi corazón ya había olvidado. Anoche el sabor de su acento lejano endulzó mis labios con promesas que no salieron de su boca pero escaparon de sus ojos preciosos. Anoche mientras el tiempo pasaba deprisa mi corazón escapó de los recuerdos y se refugió en el manantial de sus risas. Anoche olvidé que el pasado me produce dolor, que el presente no se vive en silencio, que el futuro es más dulce cuando la ternura toma tu mano. Anoche no esperaba nada y me encontré con el placer de su mirada. Anoche que me raptaron de las estancias de mis recuerdos me hizo no recordar nada. Anoche su nombre usurpó un mundo donde solo otro nombre reinaba, donde las palabras marchitas se morían abrazadas al olvido. Anoche miré mi rostro en el espejó del salón y vi sorprendido que una sonrisa flotaba en mis labios, que aún podía tener un corazón enamorado. Anoche comprendí que la felicidad puede estar en otras caderas, en otras palabras, en otras maneras, en otros labios, en otros sueños que pueden hacerme vivir, que aunque el amor haya huido de mí, siempre habrá un corazón, en algún lugar, dispuesto a hacerme feliz.

A la chica de cabellos dorados que por unos instantes me hizo pensar que hay otros amores por los que si merece la pena luchar.


VIAJO SOLO, Y SOLO QUIERO ESTAR,
PERO SÉ QUE EL AMOR ME PERSIGUE,
Y EN ALGÚN MOMENTO, Y EN ALGÚN LUGAR,
MI CORAZÓN LO VOLVERÁ A ENCONTRAR.



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