lunes, 6 de octubre de 2014

A LAS ARPÍAS MODERNAS

No entiendo a las personas que continúan entrando en las vidas ajenas cuando no se les quiere. Es absurdo pertenecer a mundos de los que huiste llevándote consigo la felicidad y dejando solo dolor. Cuando vuelves, aquellos a los que dejaste no han olvidado que el pasado golpea con tanta fuerza que el alma es incapaz de resistir tales golpes, que vive herida de muerte por palabras y hechos que saben a reproche. El tiempo, como he dicho tantas veces, cura las heridas, pero deja cicatrices tan horrendas que cada vez que miras al pasado no puedes evitar un escalofrío de desarraigo que hiela el tiempo. Son personas sin corazón ni principios que piensan que todo está permitido, que el pasado no duele porque a ellos no les duele. Que pena me dan y que asco, ambas cosas a la vez.

Ahora que vivo feliz, que he dejado atrás una época de mi vida tan oscura que la ceguera era una forma habitual de vivir; de nuevo aparecen viejos fantasmas para reclamar un pedazo de una felicidad que ya no les pertenece y un trozo de vida que no es suya porque la abandonaron, para siempre, en el camino de la más absurda estupidez. Me gustaría poder mirar a los ojos de esas personas, de aquellas arpías de lenguas sibilinas, que una vez quisieron mi muerte; que me regalaron el desdén de sus palabras y la felonía de sus actos, y sin acritud, sin malos modos, sin gritos, sin mentiras disfrazadas de verdades a medias, y solo decirles: No es desprecio, no es odio, tan solo siento indiferencia por vosotros. Una indiferencia que habita mis días con calma y sosiego, que pasea por mi vida con elegancia y que hace de vosotros meros recuerdos de una existencia triste que casi me cuesta la vida. Vuestra ausencia es la más absoluta de mis felicidades, vuestro olvido el mayor de los regalos, vuestro silencio la más hermosa de las melodías. No comprendo ese empeño en volver a lugares que desterrasteis de vuestro corazón y vuestros días. Antes de marchaos, si hubieseis sido inteligentes, habríais evaluado lo que ganabais y perdíais con vuestra traición. Entonces es cuando teníais que haber permanecido en una vida construida para vosotras. Ahora de nada sirve volver a un mundo que no os quiere, porque este mundo no os quiere, es más ya no hay nada en él que os pertenezca porque matasteis todo lo bueno que había antes de partir tras las grotescas quimeras de sueños ausentes. No tiene sentido volver. Si necesitas dinero búscalo en las vidas de aquellos que robaron tus sueños. Si necesitas amor búscalo en los brazos de aquellos amantes a los que perseguías mientras tu vida y tu familia no te importaban. Si necesitas una vida, esta ya no es la tuya, búscate otra donde te quieran. Otra donde el olor a tristeza no exista. Aquí solo dejaste eso, tristeza. Costó un mundo limpiar ese olor a sueños rotos, promesas incumplidas y mentiras obscenas, para que ahora quieras volver, ¿volver?. Deberías estar en la otra punta del universo conocido. No quiero que vuelvas, no quiero saber nada de ti. Si necesitas algo búscalo en el mundo en el que ahora habitas pero déjanos en paz a todos los que, hace tiempo, ya no nos acordamos de ti. Soy muy feliz sin ti, aún más que cuando estaba contigo. No vuelvas. No es necesario. Yo no te necesito, y tú tienes otros mundos a los que joder. Sé feliz, mucho, y deja que los demás también lo seamos sin necesidad de sufrir tu insultante presencia.


SI VAS POR EL MUNDO, PASEANDO TU ORGULLO,
  Y DESTRUYENDO VIDAS AJENAS
DEBES ESTAR PREPARADA PARA CUANDO
LE TOQUE EL TURNO A LA TUYA. 
PORQUE SI HAY ALGO CIERTO EN ESTE MUNDO
ES QUE ESE MOMENTO LLEGARÁ.
EL DESTINO NOS ALCANZA A TODOS,
TARDE O TEMPRANO,
NO LO OLVIDES CUANDO TUS LAGRIMAS
PASEEN SU TRISTEZA POR LA VIDA.


No hay comentarios:

Publicar un comentario